DE LOS INDIGNADOS ESPAÑOLES

  • No es crisis es estafa
  • Cría ricos y te comerás sus crisis
  • Si no salimos en los periódicos saldremos en los libros de historia
  • Me gustas democracia porque estás como ausente
  • Ya tenemos el sol, ahora la luna
  • El pueblo reflexiona, por eso está en la calle
  • Te oigo quejarte en casa, sal a la calle a que te oigan
  • La única causa de la pobreza es la riqueza
  • Precaución, ciudadanos pensando.
  • Nuestros sueños no caben en vuestras urnas.
  • No somos ilusos somos ilusionistas

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martes, 9 de diciembre de 2008

Número 37, Diciembre 2008

Canción


EL IMBECIL


Sos de los que quieren que

los chicos estén pidiendo guita y

comida en las calles
Cerrás las puertas de tu auto falo,

cuando los chicos te piden un mango
Cuidado Patri, guarda Ezequiel,

cuidado el bolso con cosas de valor
Cuidado Nancy, poné el brazo adentro,

de un manotazo te sacan el reloj

Soy su padre y les voy a explicar

que piden para no trabajar
No tuvieron la suerte de ustedes

de tener un padre como el que tienen

Sos de los que miran el retrovisor

y cierran todo, todo justo a tiempo
Y esa manito que golpea el vidrio

te hace revolcar en tus pobres triunfos
Cuidado tía, vos que en todos confiás,

ese pañuelo que es de seda francesa
Cuidado chicos, miren sin mirar,

porque estos entran enseguida en confianza

Soy su padre y les voy a explicar

que piden para no trabajar

No tuvieron la suerte de ustedes

de tener un padre como el que tienen

Sos un imbécil que a los chicos culpás

de la pobreza y la mugre que hay
Que nunca te echen, rogale a tu Dios,

porque en el culo te pondrás ese auto
No quiero que me limpien el parabrisas

porque está limpio y lo van a ensuciar
No quiero que me pasen esa estampita,

de alguna iglesia la habrán ido a robar

Soy su padre y les voy a explicar

que piden para no trabajar
No tuvieron la suerte de ustedes

de tener un padre como el que tienen


LEON GIECO

Poesía


MUERTE


A veces me gustaba sentarme con mi padre

ante una breve mesa dispuesta entre las plantas.

Con toda lentitud, mientras hablaba,

él cortaba el pan en pequeñas porciones

con sus manos acostumbradas a acariciar la vida,

después vertía el vino blanco en vasos verdes

y entre tranquilos sorbos

decía que era hermoso el mediodía.

No sé por qué en una mañana de esas

se fue a cortar el pan a la melancolía

y a beberse su vino entre el rocío.

A veces, todavía, me gusta

sentarme con mi padre

para contarle cómo va la vida.

Hamlet Lima Quintana

Del libro “En distintas formas” - 1981

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