DE LOS INDIGNADOS ESPAÑOLES

  • No es crisis es estafa
  • Cría ricos y te comerás sus crisis
  • Si no salimos en los periódicos saldremos en los libros de historia
  • Me gustas democracia porque estás como ausente
  • Ya tenemos el sol, ahora la luna
  • El pueblo reflexiona, por eso está en la calle
  • Te oigo quejarte en casa, sal a la calle a que te oigan
  • La única causa de la pobreza es la riqueza
  • Precaución, ciudadanos pensando.
  • Nuestros sueños no caben en vuestras urnas.
  • No somos ilusos somos ilusionistas

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martes, 15 de enero de 2013



                                                            7D - ¿QUE  FALTA?

Estos días parece que todo tiene que ver con el 7D, el 8N y el 20N. Sin duda tienen una íntima relación con el clima creado por los grandes medios, especialmente TN y sus amiguetes. Ya ha quedado claro que las famosas tres tapas de Clarín no voltean un gobierno, como bien dice en una nota el antropólogo Pablo Seman, “no debe confundirse con que 3248 tapas de Clarín sí logran instalar una animadversión”. El término “animadversión” que utiliza Seman es antropológico seguramente porque, en realidad, lo que producen es odio, envidia, discriminación, ocultamientos y mucho más. Por eso, es conveniente ahora hablar de algunas de las cosas de las no se habla mucho y que están en la ley 26522.
En marzo de este año se reglamentó el artículo 49 que permite la adjudicación directa para radios de baja potencia ubicadas en zonas de alta vulnerabilidad social y en este momento hay alrededor de 250 actuaciones de solicitud de licencia en trámite.
La Afsca (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual) que preside Sabatella, está tramitando unos cien expedientes  de cooperativas de servicios públicos que quieren prestar servicio de cable. Ya se adjudicaron 16 de esas licencias y se esperan duplicar el número a fin de año.
Las comunidades originarias  tienen actualmente 45 solicitudes en trámite para emisoras de radio y una señal de TV abierta de una comunidad mapuche de Bariloche.
Ya hay 134 escuelas primarias autorizadas para contar con su radio. A fin de año se calcula que habrá 200 escuelas con radios operativas.
Hay problemas porque los medios comunitarios, alternativos y populares que ya existen y que no tienen fines de lucro, tendrían que tener el 33% de las frecuencias, reclaman porque las licencias se están entregando sin haber realizado un plan técnico de frecuencias que contempla la ley y piden legalizar lo que ya es legítimo.
Se debe avanzar también en la creación de espacios de capacitación para los medios de comunicación emergentes que requieren condiciones especiales.
También se ha avanzado mucho con los concursos para 687 frecuencias de FM de baja potencia en diez provincias, aunque aún falta resolver problemas en cuanto a la confección de los pliegos  por parte de los potenciales licenciatarios.
Estos son algunos de los temas que están contemplados en la ley que por supuesto no aparecen en los grandes medios y que tampoco se verán en TN. Se debe seguir avanzando  luego del 7D en acabar con los monopolios y fundamentalmente  en ayudar a desarrollar una comunicación de nuevo tipo, convocante, de interés, que abra los micrófonos y las cámaras a quienes no tienen voz, para así demostrar que lo comunitario no está reñido  con producciones de buen nivel, rigurosas y creativas.
                                                                                                                                              A.P.

Cine     LEONARDO FAVIO                                    
                                              EL MEJOR DE TODOS
Murió Leonardo Favio, el mejor director de cine de nuestro país, dueño de una obra de una gran coherencia estética y ética. Narraba como ninguno. Nunca negó que el radioteatro había sido  su fuente básica de inspiración. Ahí están la película más vista del cine argentino Juan Moreira (3.500.000 espectadores) o Nazareno Cruz y el lobo. Trataba a sus personajes con una gran sensibilidad. Aunque sus films están llenos de violencia, crueldad o explotación, sus criaturas nunca pierden su luz interior, nunca son juzgados o señalados. Nos deja toda su obra, que podrá ser vista hoy o dentro de cincuenta años. Su cine es el cine de los olvidados, de los ninguneados, de los castigados y sumergidos, hay que ver Gatica o Crónica de un niño solo para comprobarlo. El mejor homenaje será ver sus películas nuevamente en la oscuridad de un cine, hasta  cuando los adelantos técnicos nos lo permitan. Hasta siempre, maestro.
  

                                        AMOR EN TIEMPOS DIFICILES

El cine argentino  en los años que llevamos de democracia ha intentado varias veces recrear los años de la dictadura militar, con variada suerte. Hubo intentos muy recordables como “Garage Olimpo” de Marco Bechis,  “Juan, como si nada hubiera ocurrido” dirigida por Carlos Echeverría o “Los rubios” de Albertina Carri  son películas que con diversos formatos y visiones estéticas variadas dieron cuenta  con fuerza, claridad expositiva y estética  y con miradas diferentes, momentos,  historias  y peripecias vitales enmarcadas en esos años trágicos que vivimos todos los argentinos.
Bienvenida entonces “Infancia clandestina”, de Benjamín Ávila, pues pasa a formar parte de ese núcleo de películas que han sabido mostrar en profundidad lo ocurrido en esos años. La historia que cuenta está basada esencialmente en su propia infancia y comienza en 1975 cuando el personaje central, un  niño –el mismo Ávila- debe ir al exilio. Inmediatamente se pasa al año 1979 cuando sus padres deciden volver al país en plena dictadura en el marco de la llamada “contraofensiva montonera”. El primer hallazgo del film es alejarse de la fuerte discusión y disputa que siempre rondó alrededor de ese hecho para dirigirse con firmeza, sin esquivar el bulto, hacia lo que quiere contar, con la cámara siempre centrada en la visión infantil, que es ni más ni menos  que una historia de amor, más precisamente de iniciación amorosa, que se desarrolla tersamente 

CAMILO TORRES
Profeta para nuestro tiempo
Camilo Torres, es quizás el ejemplo mas claro  de la transformación del sujeto  surgida a partir de la decisión de asumir concientemente  la necesidad de vincular lo individual a lo social, aportando a la lucha colectiva en la consecución de hacer realidad las postergadas reivindicaciones  latinoamericanas.
Camilo nació en Bogotá en 1929 en el seno de una tradicional familia de clase alta y de tradiciones liberales. En 1947 siendo estudiante de derecho en la Universidad Nacional de Colombia, decidió sorpresivamente hacerse sacerdote. Ya como seminarista mostró una temprana preocupación  por la problemática social.
Ordenado en el año 1954, comienza a estudiar sociología en la imperiosa necesidad de adquirir conocimientos científicos  que le permitieran acceder a la plena comprensión de la problemática de las antinomias sociales.  
Con una formación académica moderna, diferente a la mayoría del clero colombiano, convencional, escolástico  y aferrado al partido conservador, en 1956 presenta su tesis doctoral imbuida de un pensamiento de avanzada  comprometido decididamente con la problemática de los sectores  más pobres. 
En 1959 fue nombrado capellán de la Universidad Nacional en un momento histórico donde comenzaba a afianzarse el pensamiento radicalizado influido por el marxismo y los logros de la joven revolución cubana.
En 1961, debido a sus constantes trabajos sociales en áreas marginadas y su compromiso con la lucha de los estudiantes, es confinado por la jerarquía cardenalicia  a una parroquia de Veracruz. Sin embargo, aún desde el pulpito de un simple párroco, mantiene una lucha sin cuartel con las autoridades eclesiásticas y civiles empeñadas en reprimir la protesta social y controlar toda forma de disidencia.
Su compromiso con los desposeídos lo llevaron a la conclusión de que los cristianos que quisieran el cambio social deberían trabajar  codo a codo con los sectores que tuvieran los mismos objetivos, e incluso consideraba que la violencia era lícita en situaciones de rebelión frente a  graves situaciones de injusticia.
Su trabajo como sacerdote en los Llanos Orientales con los campesinos sin tierra y su posterior participación en la Junta del Instituto Colombiano de Reforma Agraria, entre 1962 y 1964, terminaron por convencerlo de la  necesidad de aglutinar  fuerzas que permitieran impulsar las transformaciones que el pueblo requería.
El padre Camilo, decidido ya a impulsar una clara acción política, lanzó en marzo de 1965, en Medellín, la plataforma de un movimiento cuyo objetivo era unificar los distintos grupos populares y revolucionarios,  y así nació el Frente Unido.
La firme oposición, entre otros,  del cardenal Luís Concha Córdoba a sus actuaciones políticas tiene como resultado la decisión del Consejo Episcopal de enviarlo al extranjero. Pero la acogida de sus enseñanzas por los sectores más carenciados y  el clima de agitación política insurreccional, lo convencen de  quedarse en Colombia e indefectiblemente  se ve constreñido a dejar los hábitos.
Entre mayo y octubre de 1965, realiza una incansable actividad de agitación popular recorriendo el país, participando en múltiples manifestaciones y encuentros. En esas circunstancias y en torno a la dirección del periódico “Frente Unido”, se aglutinan simpatizantes y aliados,  en los cuales se incluyen al Partido Comunista,  a los grupos urbanos del ELN, a marxistas e izquierdistas independientes  y a dirigentes campesinos y sindicales de base.
A pesar de las prohibiciones del estado de sitio las masas de desposeídos y campesinos sin tierra  se reunían, casi espontáneamente, para recibir su mensaje de lucha y esperanza.  Con un lenguaje llano, popular  y sencillo,  Camilo ganaba fervientes adhesiones hacia su innovadora propuesta política.
El fácil éxito de sus primeros actos  populares se conjugó paralelamente con una creciente represión militar que derivó, inexorablemente,  en crímenes de líderes populares y matanzas indiscriminadas de poblaciones.
Un año después del asalto al cuartel de Simacota por parte del ELN, anuncia públicamente su compromiso con la lucha insurreccional armada,  íntimamente convencido que la única respuesta a la brutal represión impuesta a sangre y fuego por el  sistema expoliador era la lucha frontal desarrollada en igualdad de condiciones,  El 7 de enero de 1966, Camilo Torres se convertiría en el Cura Guerrillero.
Apenas un mes después, el 15 de febrero, tropas de la Quinta Brigada le dieron muerte cuando trataba, en el fragor del combate,  de apoderarse del fusil de un soldado.
A pesar de que su influencia inmediata fue efímera en lo político, su impacto ideológico sobre la Iglesia Latinoamericana fue amplio y prolongado. Su ejemplo y enseñanzas influyeron decididamente en la opción de muchos sacerdotes y religiosos durante los quince años siguientes, y sus ideas innovadoras marcaron el rumbo de los Teólogos de la Liberación Latinoamericana.
La  inclaudicable honestidad y la fe  carismática, reforzadas por una muerte que se vivió como un martirio, sirvieron para consolidar su figura señera y heroica que aún hoy perdura inalterable en el transcurso del tiempo.