DE LOS INDIGNADOS ESPAÑOLES

  • No es crisis es estafa
  • Cría ricos y te comerás sus crisis
  • Si no salimos en los periódicos saldremos en los libros de historia
  • Me gustas democracia porque estás como ausente
  • Ya tenemos el sol, ahora la luna
  • El pueblo reflexiona, por eso está en la calle
  • Te oigo quejarte en casa, sal a la calle a que te oigan
  • La única causa de la pobreza es la riqueza
  • Precaución, ciudadanos pensando.
  • Nuestros sueños no caben en vuestras urnas.
  • No somos ilusos somos ilusionistas

Vistas de página en total

lunes, 21 de abril de 2008




NO A LA INVASIÓN A IRAK


C H E



Agustín TOSCO



NUESTROS PRINCIPIOS

¿Qué pensamos? ¿Qué queremos?

¿Para qué nacimos? ¿Qué soñamos?

Pensamos que: Los pueblos que olvidan sus tradiciones y su memoria pierden conciencia de su destino.

La memoria es identidad, sin ella los pueblos son manipulados.

Un pueblo sin memoria no tiene futuro.

Queremos: Recuperar la salud de nuestra memoria colectiva.

Nacimos: En defensa de los derechos humanos: el derecho a la vida, al trabajo, a la educación y a una vejez digna.

Para emprender acciones en pro de os espacios verdes y el medio ambiente.

Para luchar por una justicia para todos y no de camarillas gobernan tes y para recordar a los hermanos desaparecidos, exigiendo juicio y castigo a los genocidas hoy en libertad. Contra la impunidad.

Nacimos: Para luchar por una democracia donde la gente no solo vote cada dos años, sino que participe en las decisiones, gestión y control de sus representantes.

Soñamos: En organizar un movimiento horizontal donde los vecinos contribu yamos a mejorar nuestra calidad de vida.

Frente a las derrotas, frustraciones y traiciones es necesario recomponer las redes solidarias.

Estos son los puntos que acordamos hasta ahora.

Tenemos más preguntas que respuestas.

Tenemos incertidumbres y certezas, y entre éstas, la certeza que con la participación de los vecinos podremos empezar a resolver los problemas que nos aquejan

Caballito Marzo de 1996


’Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires.

Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores; la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan.

La historia aparece así como propiedad privada, cuyos dueños son los dueños de todas las cosas.’’

Rodolfo Walsh, Febrero de 1970

Número 31 (Junio-Julio 2007)

Los Suplementos


ELECCIONES: ENTRE EL MERCADO Y LA FE

En materia de partidos políticos, que el perro coma al cerdo o que el cerdo coma al perro me tiene por completo sin cuidado” - Henrik Ibsen

Repetido hasta el hartazgo el recurso publicitario vuelve una y otra vez, el candidato devenido en marca es el producto a vender, los afiches pegados uno encima del otro son el único espesor posible de una topografía aplanada y previsible.

Ninguna convocatoria a debatir y decidir, a opinar y ser protagonista, solo una nueva versión del grotesco síganme, así el discurso mediático ha vaciado de todo sentido el verbo hacer política ¿Es esta otra forma de política o es el triunfo la no- política?

Elegir sin mirar toda la complejidad política y solo seleccionar la parte que instrumentalmente facilita una participación condicionada, se reducen todas las opciones a un simplificado casillero tipo múltiple-choice . Al convertir la política en un mercado de ideas las clases dominantes, que monopolizan la manufactura del consenso, tienen los recursos para conducir hacia los candidatos predefinidos. Como señala John. Berger “ el largo texto del rostro humano esta siento reducido a una foto carne”.

¿Qué se elige en esta falacia democrática? Como la llama Saramago. No es un tipo de sociedad es un modo diferente de administrarla .Esto es así independientemente de las calidades e historias personales, que no pueden obviarse. Es licito querer tomar partido en esa opción, pero el debate no debería polarizarse sobre ese punto.

De todos los males el menor

Es la ficción dentro de la ficción, las instituciones creadas para dar forma a la democracia representativa, diseñadas para intermediar en los conflictos sociales, para reemplazar la voluntad y la soberanía, han perdido su sustancia, los partidos políticos son reemplazados por identidades transitorias, ser K, o Pro, o en infinitos nombres de fantasía para listas de resultados efímeros fruto de acuerdos de ocasión..

En la legislatura porteña, hace dos años, antes de asumir sus cargos las reubicaciones hacían casi irreconocible el resultado electoral. Cuántos Pro militan hoy en las filas K.

El votante no sabe quien integra las listas esta son el fruto de acuerdos empujados solo por la necesidad de aparatos armados para la circunstancia, algo así como una agencia de empleo político-estatal, resultado: el incordio de ser representado por alguien a quien no se conoce y a quien se le otorga el poder de mandato irrestricto.

El pragmatismo del mal menor, es el mecanismo perverso de reproducción que como cinta de Moebius no tiene ni principio ni fin. El miedo, pulsión tan cara a los cultores de la sociedad insegura, se transforma en el principal motor del sentido común conservador, para lograr que nada cambie.

La apuesta alimenta la cultura de la resignación, encubriendo las verdaderas relaciones sociales, la política tema de profesionales, la pasividad como correlato de la voluntad expropiada, la acción es desplazada por la contemplación, el individualismo se ejercita desde el lugar común, todos frente al televisor. La dinámica de las tres T, trabajo, transporte, televisión, absorbe todas las energías. Apenas alcanza para reenviar un mail condenatorio e integrar así la cadena de los políticamente correctos. Cada dos años se llama a tomar los votos, un domingo político, luego 730 días de espera.

La explosión de la forma tradicional partidista hace que haya en todas las listas peronistas, radicales, liberales, y una fauna variopinta de ex izquierdistas convertida en una corte de los milagros mendicante de puestos y cargos. Todos forman el partido único, cuya esencia es defender el status quo imperante. La llamada clase dirigente es una oligarquía liberal, detentadora funcional del acotado poder político que le permite la globalización capitalista, tiene como epicentro esta formula de personalismo, soberbia y autocracia, que encarna en aquel genuflexamente definido como caudillo o lider.

Una parte de lo que fue izquierda se asimilo y reprodujo todos los cánones del sistema, otra minoría no logra superar los limites de una secta megalómana y auto- conformista, que se consuela con superar a la tribu vecina y solo sirve como caricatura para ridiculizar cualquier idea revolucionaria y de emancipación social

Un voto de fe

En el llamado cuarto oscuro, no por falta de la luz, sino por la alquimia que transforma soberanía popular en jefe soberano, se recrea el simulacro descontaminado, neutral y aséptico, el mito de la posibilidad del pueblo de elegir y ser elegido, de gobernar a través de representantes. La leyenda representativa basada en una elite que expresa la voluntad de mayorías y minorías.

El derecho al voto como paradigma exclusivo para definir la democracia, elude y enmascara el derecho a tener derechos y legitima la obligación de obedecer. Una forma mas o menos soterrada de autoritarismo, ejercido por una aristocracia política, donde la toma de decisiones solo esta condicionada el lobbysmo. No hay mandatos, ni proyectos, ni programa. Sin pasado ni futuro a debatir colectivamente, solo pragmatismo instrumental y teología, un dogma ritual, basado en el carisma propio o dibujado, la esperanza que el candidato proveerá. El individuo, cualquiera sea su discurso, es presentado como síntesis de la voluntad del todo, un retorno permanente al mundo pre-racional, a la creencia mítico –religiosa de la fe en el candidato totalmente despojado de su categoría de clase, o sector social.

Las encuestas reemplazan la militancia y la participación, interactúan con los medios para conformar en velada manipulación una tendencia que a la hora de optar esta configurada como la realidad univoca. La opinión publica se presenta auto-referenciada como un sujeto con validación propia, creando la sugestión de una verdad objetiva, la opinión publica no es, se hace, se construye con multiplicidad de recursos, que nada tienen que ver con los intereses que se confrontan en la sociedad. Ha pasado a ser la principal forma de representación en las sociedades contemporáneas.

Los dueños de las empresas encuestadoras, politicologos y publicistas han devenido en los principales actores cada vez más notorios de un espectáculo donde el votante es espectador pasivo.

La democracia del voyeurismo, encuentra en estos gurus a los comunicadores que sintetizan toda la riqueza posible de una sociedad. en un juego de porcentajes. Ya se sabe quienes son los privilegiados por las estadísticas, los beneficiarios del voto útil, la boca de urna define el resultado antes de empezar el recuento, liquidando hasta su carácter lúdico. No esta lejana la democracia electrónica donde la política quedara resumida a un menú de opciones del celular. No pierda su tiempo elija mientras duerme.

El escenario propuesto es la arena mediática donde se manipula y crea una imaginaria confrontación de ideas en un espacio inaccesible para las mayorías, donde se miente sin presiones, se gesticula mecánicamente, se repite el libreto monocorde escrito por los creativos de agencia.

Se crea así la noción de opinión pública como voluntad general, racional y libre, generada espontáneamente en el seno de la sociedad. Pero en esta nueva comunidad imaginaria este nuevo sujeto, no es general, ni racional, ni soberano. La opinión publica no es la que controla sino el resultado de su manipulación, que va estableciendo sus propios criterios de legalidad y legitimación. Es un campo asimétrico donde no existe ninguna garantía de participación ni de control o regulación.

El pensamiento circular es que los medios traducen nuestro pensamiento individual y los conforman en estadísticas, de ahí a expresar la voluntad general es un solo paso. La buena imagen es la base para la elección de candidaturas, la imagen la crean los medios que avalan las encuestas que imponen las candidaturas.

Cuando el poder se delega, su materialización se expresa en la fortaleza de los representantes, personas o partidos. La circulación siempre es en un solo sentido. El poder transferido nunca retorna a su origen. El mandato así concebido, no es ni puede ser una encomienda explicita, se transforma en un privilegio.

Entonces el sufragio sustento primario de la democracia representativa se transforma en un rito sin mito, es pura regla operatoria. Un habito sin sentido.

La legimitización ya no surge de la representación, sino de la periodicidad de su renovación. o de su eficacia en el momento que opera. El índice de eficacia es la velocidad para configurarse ante estímulos y causas cambiantes. La plutocracia, la meritocracia, la autocracia, el nepotismo, el despotismo en el ejercicio del poder, los fraudes electorales, escándalos financieros y violación a la ética política, cada vez más toman un carácter universal.

El contribuyente-consumidor es el principal sustento del estado, el nuevo perfil del ciudadano. Se esfuman las diferencias en el comportamiento del gerente corporativo y el burócrata estatal.

La elección forzada no es otra cosa que una forma simbólica de violencia. Es libre de escoger siempre que haga la elección correcta. Cuando estamos atrapados en semejante dificultad el único hecho subversivo es enunciar la prohibición de lo que Hegel llamaba la apariencia esencial.

La lucha política verdadera no es la competición admisible entre sujetos políticos que se consideran adversarios legítimos, sino la definición del campo que delimita al adversario legitimo del enemigo ilegitimo.

Los candidatos son sin duda alguna distintos, pero no opuestos ni contrarios, ni enemigos, en cuanto a posicionarse frente a la lógica sistémica. Los sectores hegemónicos no tienen una sola causa y por tanto una sola voz, su confrontación reconoce diversidad de formas y objetivos.

Memento

La memoria colectiva es una construcción social, puede ser manipulada y selectiva como la identidad es producción cultural. Un dato histórico es verídico comprobable, objetivo pero su interpretación , valoración, mención u omisión es parte de la subjetividad. Hay intereses en disputa y por tanto lecturas quirúrgicas, amputaciones. La apelación maniquea a la memoria fragmentada no sobrepasa entonces el nivel de una campaña.

Es notorio como en las referencias al pasado se olvida los acontecimientos mas recientes y significativos: las puebladas del 2001 y 2002. En ese momento los mecanismos e instituciones fueron puestos en crisis, en parte cuestionando la representatividad, en parte la representación como forma democrática y en parte ejercitando creativa e improvisadamente formas autónomas.

La experiencia asamblearia y autogestionaria, caótica y desprolija como todo lo nuevo, recibió como respuesta la solución conservadora: restablecer la gobernabilidad, entendida en palabras de Hannah Arendt “como la necesidad de crear el consentimiento sobre quienes será ejercido el poder”

El cuestionamiento a practicas y convenciones, el replanteo de certidumbres, el entredicho a los supuestos originales, la visión critica hacia las formas del simulacro democrático y el profundo sentido trasgresor de los caminos autónomos ya recorridos son solo algunas formas de pensar y actuar sin tutelajes, ni encierros. ni paternalismos mesiánicos.

“Cuando uno critica no tiene porque indicar con precisión como debe ser el cambio. Ese es un mecanismo burgués que pretende asegurar su futuro”. Theodore Adorno.

El dilema es si los principales problemas de nuestro tiempo pueden resolverse a través de los mecanismo propios de este sistema heterónomo o si una comunidad donde exista la autonomía individual y colectiva no es una utopía, es un proyecto histórico social realizable que depende de la voluntad de los hombres.

Silvio Schachter

sábado, 19 de abril de 2008

Número 31 (Juno-Julio 2007)

LOS CONDENADOS DE LA TIERRA

En septiembre de 1961, Jean-Paul Sartre, uno de los grandes olvidados de éstos tiempos, escribía el prólogo de un libro emblemático: “Los condenados de la tierra”, del argelino Frantz Fanon. Eran los momentos más duros de la guerra de liberación en Argelia (1954-1962). Recordemos la última parte del prólogo y admiremos la prosa brillante y poderosa del filósofo francés, que sigue resonando, pensemos en Irak, Palestina, Afganistán...

Ustedes saben muy bien que somos explotadores. Saben que nos apoderamos del oro y los metales y el petróleo de los “continentes nuevos” para traerlos a las viejas metrópolis. No sin excelentes resultados: palacios, catedrales, capitales industriales; y cuando amenazaba la crisis, ahí estaban los mercados coloniales para amortiguarla o desviarla. Europa, cargada de riquezas, otorgó de jure la humanidad a todos sus habitantes: un hombre, entre nosotros, quiere decir un cómplice puesto que todos nos hemos beneficiado con la explotación colonial. Ese continente gordo y lívido acaba por caer en lo que Fanon llama justamente el “narcisismo”. Palabras: libertad, igualdad, fraternidad, amor, patria, honor. Esto no nos impedía pronunciar al mismo tiempo frases racistas, cochino negro, cochino judío, cochino ratón. Los buenos espíritus, liberales y tiernos - los neocolonialistas, en una palabra – pretendían sentirse asqueados por esa inconsecuencia; error o mala fe: nada más consecuente, entre nosotros- que un humanismo racista, puesto que el europeo no ha podido hacerse hombre sino fabricando esclavos y monstruos. Mientras existió la condición de indígena, la impostura no se descubrió; se encontraba en el género humano una abstracta formulación de universalidad que servía para encubrir prácticas más realistas: había, del otro lado del mar, una raza de subhombres que, gracias a nosotros, en mil años quizá, alcanzarían nuestra condición....

Es el fin, como verán ustedes: Europa hace agua por todas partes ¿Qué ha sucedido? Simplemente, que éramos los sujetos de la historia y ahora somos sus objetos. La relación de fuerzas se ha invertido, la descolonización está en camino; lo único que pueden intentar nuestros mercenarios es retrasar su realización. Hace falta aún que las viejas “metrópolis” intervengan, que comprometan todas sus fuerzas en una batalla perdida de antemano. Se envía al ejército a Argelia y allí se mantiene desde hace siete años sin resultado. La violencia ha cambiado de sentido; victoriosos, la ejercíamos sin que pareciera alterarnos: descomponía a los demás y en nosotros, los hombres, nuestro humanismo permanecía intacto; unidos por la ganancia, los “metropolitanos” bautizaban como fraternidad, como amor, la comunidad de sus crímenes; actualmente, bloqueada por todas partes, vuelve sobre nosotros a través de nuestros soldados, se interioriza y nos posee....

¿Dónde están ahora los salvajes? ¿Dónde está la barbarie? Nada falta, ni siquiera el tam-tam: las bocinas corean “Argelia francesa”mientras los europeos queman vivos a los musulmanes. No hace mucho, recuerda Fanon, los psiquiatras se afligían en un congreso por la criminalidad de los indígenas: esa gente se mata entre sí, decían, eso no es normal; su corteza cerebral debe estar subdesarrollada. En África Central, otros han establecido que “el africano utiliza muy poco sus lóbulos frontales”. Esos sabios deberían proseguir ahora su encuesta en Europa y particularmente entre los franceses. Los Patriotas empiezan a asesinar a sus compatriotas; en caso de ausencia, hacen volar en trozos al conserje y su casa....

Ahora nos toca el turno de recorrer, paso a paso, el camino que lleva a la condición de indígena. Pero para convertirnos en indígenas del todo, sería necesario que nuestro suelo fuera ocupado por los antiguos colonizados y que nos muriéramos de hambre. Esto no sucederá: no, es el colonialismo decadente el que nos posee, el que nos cabalgará pronto, chocho y soberbio. Y al leer el último capítulo de Fanon uno se convence que vale más ser un indígena en el peor momento de la desdicha que un ex colono. No es bueno que un funcionario de la policía se vea obligado a torturar diez horas por día, a ese paso, sus nervios llegarán a quebrarse a no ser que se prohiba a los verdugos, por su propio bien, el trabajo en horas suplementarias. No es bueno, compatriotas, ustedes que conocen todos los crímenes cometidos en nuestro nombre, que no digan a nadie una sola palabra, ni siquiera a su propia alma, por miedo a tener que juzgarse a sí mismos. Al principio ustedes ignoraban, quiero creerlo, luego dudaron y ahora saben, pero siguen callados. Ocho años de silencio degradan. Ahora el sol cegador de la tortura está en el cenit, alumbra a todo el país; bajo esa luz, ninguna risa suena bien, no hay una cara que no se cubra de afeites para disimular la cólera o el miedo, no hay un acto que no traicione nuestra repugnancia y complicidad. Basta actualmente que dos franceses se encuentren para que haya entre ellos un cadáver....

Es el momento final de la dialéctica: ustedes condenan esa guerra, pero no se atreven todavía a declararse solidarios de los combatientes argelinos, no tengan miedo, los colonos y los mercenarios los obligarán a dar este paso. Quizá entonces, acorralados contra la pared, liberarán ustedes por fin esa violencia nueva suscitada por los viejos crímenes rezumados. Pero eso, como suele decirse, es otra historia. La historia del hombre. Estoy seguro de que ya se acerca el momento en que nos uniremos a quienes la están haciendo.

Jean-Paul Sartre

Número Aniversario (Marzo 2006)

EDITORIAL

‘’Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia,
no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires.
Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores;
la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan.
La historia aparece así como propiedad privada, cuyos dueños son los
dueños de todas las cosas.’’

En Marzo de 1996 un grupo de vecinos del barrio nos juntamos para participar de la conmemoración del vigésimo aniversario del golpe de estado mas devastador de la historia argentina, decidimos entonces que era necesario crear un espacio de debate en el cual la memoria fuera nuestro eje de acción, hicimos propia entonces la frase de Rodolfo Walsh escrita en febrero de 1970.

Otro era el clima político del momento, no se hablaba de autonomía ni de democracia participativa y menos aún de autogestión y horizontalidad, el único consenso posible por entonces entre los sectores populares era luchar contra la entrega del patrimonio nacional que estaba efectuando el menemato como broche de oro de las políticas iniciadas por Martinez de Hoz y los asaltantes del poder.

No nos quedamos en el pasado, de él rescatamos lo valioso de las luchas y la entrega de nuestros próceres (muchos de ellos ignorados por la historia oficial) y de miles de militantes que dieron su vida por una argentina más justa y de todos y para todos

Tenemos la intima convicción que nuestro aporte, acotado y modesto, es el de abrir un espacio de participación compartiendo el debate sincero y apasionado sobre nuestro pasado, el presente y el futuro que nos merecemos, en la coincidencia que la verdad no tiene dueño.

Intentamos ser parte de un gran movimiento que modifique y construya un nuevo poder, horizontal, democrático, participativo. Simplemente decidimos ``pensar con el cuerpo``

Dejamos de lado los vicios de las viejas prácticas políticas, proveníamos de experiencias partidarias diversas y fue necesario dejar de lado dogmas y costumbres, creamos un espacio de pertenencia donde la militancia sea comprometida pero placentera, alejada de la lógica de la acumulación partidaria, donde es necesario crecer y convencer para vencer a quien este enfrente, así sea un compañero, generando rupturas dispersiones y debilidad.

Hemos transitado alzas y bajas en estos diez años, que fueron sin duda coincidentes con los vaivenes, logros y fracasos del movimiento popular en nuestro país.

El 19 y 20 de diciembre nos encontró en las calles, fuimos parte activa de las asambleas barriales, nos enriquecimos y entusiasmamos con esa novedosa manera de participación popular generadora de nuevas formas de creación política, inclusión social y desarrollo cultural..

Una década después –tras el fracaso de la aplicación a ultranza de las políticas neoliberales y el descrédito de las clases dirigentes ejecutoras-, parecería indicar el inicio de un cierto cambio en algunos gobiernos latinoamericanos. Será entonces tarea de los pueblos evitar que éstos presidentes ‘’progresistas`` no se conviertan en meros administradores de las nefastas consecuencias de la globalización impuesta por los amos del mundo, que pretenden hoy venir por más y apropiarse de las materias prima y la energía.

Somos concientes que es necesaria la participación popular y el compromiso permanente, solo la movilización popular garantizará la verdadera democracia sin la cual es imposible pensar en una sociedad sin explotación y miseria

Los limites de la ‘’gobernabilidad’’ no permiten revertir los daños producidos a nuestro patrimonio nacional y la inequidad en el reparto de la torta que margina a millones de compatriotas. No basta solamente con pertenecer a la generación de los 70, es necesario, hoy mas que nunca volver a levantar con altura y dignidad cada una de las 30.000 banderas.

En algunos aspectos estamos mejor que hace 10 años, aunque el hambre, la miseria, la falta de salud, educación y salud para todos, la desocupación, las desigualdades y la necesidad de salarios dignos , sigan siendo asignaturas pendientes que no se solucionan con discursos ante los amigos y alcahuetes.

Nos alegra festejar nuestro décimo aniversario y continuar comprometidos con los postulados que nos dieron origen, aprovechando la ocasión para invitar a los lectores a sumarse a nuestra práctica.

Número aniversario (Marzo 2006)

CARTA ABIERTA AL LECTOR

Hola lector. Este el número veinticinco del periódico. Veinticinco resultados por la empecinada dedicación de tratar de lograr el objetivo del desvelo: dar a conocer lo distinto; la opinión al revés; seguir metiéndole fierro a la memoria (aunque duela); admitir que nos equivocamos pero seguimos buscando; sabedores que somos pocos, pero esperanzados de ser muchos mas y por eso siempre invitamos; y porque ponemos empeño en el estar presentes, y estando presentes somos los desaparecidos, las madres de la plaza, los obreros del petróleo y los maestros de guardapolvo blanco, piquetes cacerola la lucha es una sola, y fuimos el que se vayan todos, el reagruparse, la asamblea barrial y la democracia horizontal, y la bronca porque se quedaron todos y así nos va. Y todo en diez años, todos los miércoles de los últimos diez años aferrados a vos lector, con uñas y dientes, para no perder el necio deseo de seguir. Los MEMORIOSOS hartos de los caretas altisonantes, cuando escribimos (“menudo esfuerzo nos trae”) firmamos con iniciales, privilegio exclusivo que le negamos a nuestros queridos colaboradores, pero hoy, mi muy estimado lector, queremos que este Nº 25 tenga un cierto sabor intimista, de modo tal que las iniciales se transformen al menos en nombre de pila y adquieran, entonces, los vagos entornos de las figuras humanas. Alberto, nuestro XXL, es el culpable de todas las películas que fuiste a ver porque leíste el comentario en algún lado ( ...y no me acuerdo donde), es el que te trae aquella poesía que te dejo pensando o talvez la canción que tarareabas y te faltaba la letra; Andrés, el de la dicción fácil, éternauta incontrolable, te permite navegar el lado oscuro del teorema de Pitágoras y maldecir a cada una de “Las Ratas” que genero la historia perversa de este país; José, colorado por dentro y por fuera, nuestro querido e incansable Gütenberg, es el hacedor primigenio de toda polémica editorial que te haya sacado de quicio; y finalmente yo, el mas nuevo, casi el reciente, el de “Opinamos”, soy Jaime, soy el que junta las moneditas y el que te agradece tu aporte voluntario cada vez que recibís el periódico. Y ahora lector, que nos conocemos, quizás nos queramos un poquito mas, porque a partir de ahora nos vamos a poder tutear.

Número Aniversario (Marzo 2006)


¿Hay vida más allá del mercado?

Hemos de saber que una nueva era ha comenzado, no cuando una nueva elite toma el poder o cuando aparece una nueva constitución, sino cuando la gente común comienza a utilizar nuevas formas para reclamar por sus intereses”

Charles Tilly

En los últimos días de febrero de 2006 tuvo lugar coorganizado por Argentina y Uruguay el Primer Foro Internacional sobre Nexo entre Políticas y Ciencias Sociales (UNESCO). En él participaron académicos y funcionarios de 85 países y debatieron la necesidad de articular las políticas públicas con el conocimiento generado por las disciplinas sociales.

Mas allá de los debates que allí se hayan producido, sin duda de mucho interés y que sería bueno conocer con más profundidad, este encuentro nos sirve de disparador para reflexionar sobre que papel se propone jugar el Estado, en particular el gobierno argentino, en relación con los nuevos actores surgidos, algunos en los ’90 como parte de las luchas contra el neoliberalismo y otros más recientemente a partir de diciembre del 2001.

La globalización requiere un Estado nacional débil y que sus gobernantes sean administradores de los centros financieros, que son los que verdaderamente deciden las políticas económicas y fiscales. El ejemplo más cercano es la cancelación de la deuda con el FMI de Argentina, Brasil, Rusia y Turquía casi en simultaneo, por exigencia del organismo internacional. En el caso de nuestro pais su anuncio fue muy combativo casi con consignas setentistas de “liberación o dependencia”, ya que no sólo se anunciaba que nos liberábamos de las imposiciones de ese organismo sino que a partir de ese momento podíamos decidir nuestras propias políticas y así ganar en soberanía.

¿Es acaso, que ahora diseñaremos nuevas políticas fiscales y públicas que recauden de los que más tienen, discutiremos el cobro de un impuesto a las extraordinarias rentas financieras, la reducción del IVA en los artículos de primera necesidad, se aumentarán las jubilaciones y los salarios saqueados en la década del ’90?

¿Qué se hará con el dinero que se recaude? ¿ Se distribuirá de manera universal otorgando una asignación por hijo, se pondrá plata para los hospitales y la escuela pública garantizando la salud y la educación de todos los habitantes o se hará una reserva anticrisis para salvar a los que más tienen en los diversos ciclos del capital?

En fin, sabemos que el Estado seguirá haciendo su juego, reprimiendo, cooptando dirigentes, cuidándole las espaldas al capital y a la vez haciendo “como si” todos somos iguales. Sin embargo, a partir de los ‘90 y por la exigencia de los organismos internacionales se vienen aplicando políticas públicas focalizadas en los más necesitados, políticas que son degradantes ya que hay que presentar patente de pobre, que cada vez tienen menos en cuenta el “como si” y que tienden a naturalizar y fijar las diferencias. Todo ésto manejando poderosas “Cajas” (créditos del BM mediante) para pagar a una burocracia que no sabe para qué está y para seguir comprando dirigentes y aceitando aparatos, que garanticen la tan mentada “gobernabilidad”, es decir mantener el orden social para gobernar con la menor conflictividad y si no... reprimir “democráticamente”.

Bueno, pero volviendo al encuentro, es interesante observar que en el grupo de los científicos sociales causó sensación la intervención de la socióloga holandesa Saskia Sassen que había visitado una cooperativa de cartoneros y que con sorpresa observó que allí “No había una figura de victima, sino una empresa que genera empleo y trabaja por el medio ambiente” y que “hay un nuevo actor social que emerge de la crisis y esto deben verlo los científicos sociales y los políticos”.

Es bueno destacar que en estos nuevos emprendimientos se van dando sistemas laborales diferentes, en los que priman la cooperación y la solidaridad. Los nuevos movimientos que emergieron con mayor fuerza de la crisis del 19 y 20 de diciembre de 2001: piqueteros, cartoneros, movimientos de desocupados, fabricas recuperadas, asambleas, etc, buscaron, en la mayoría de los casos, partir de las condiciones actuales de existencia para convertirlas en nuevas formas de organización y reclamo de sus intereses.

Es en estas experiencias donde está lo nuevo, donde está lo vital de aquellos que no quieren ser definidos como marginales o desechos del sistema, sino que se sienten libres para crear sus propias formas de sobrevivencia, transformándose ase en productores de sus propias vidas sociales, de su propia subjetividad, de sus propios deseos, de su propia moral, sus formas de convivencia, etc.

Esta búsqueda atravesia diversa suerte y distintos debates y aunque hoy muchas de esas experiencias se encuentran fragmentadas y debilitadas, lo interesante es ver las tendencias que asumen esas nuevas formas, que no apuntan justamente al reclamo nostálgico de un estado keynesiano, sino a lograr herramientas para gestionar sus propias vidas tratando de superar el mercantilismo dominante, buscando no someter la vida y los sentimientos a las pautas del mercado.

Rita ( Asamblea Gastón Riva)

Número Aniversario (Marzo 2006)

Memoria y búsqueda.

Este mes de marzo que va concluyendo puede ser llamado con razón el mes de la Memoria, en tanto el pueblo argentino ha recordado, con testimonios de todo tipo, aquellos terribles “años de plomo” que se vivieron entre 1976 y 1983. En otras oportunidades en que gobiernos reaccionarios desplazaron al poder popular y reprimieron en defensa de sus privilegios no hubo preocupación por registrarlo indeleblemente e inclusive, a veces, los textos escolares disimulaban el horror y la muerte padecidos. Sin embargo, esta vez se trató de un genocidio signado por las mayores crueldades y quizás por ese motivo la reacción fue vigorosa y multitudinaria, para que “nunca más”.

Pero si esa preocupación por “la memoria” signa estos días que vivimos, al mismo tiempo se produce otro fenómeno muy interesante: una búsqueda. Los argentinos no sólo sienten la necesidad de recordar, sino también de preguntarse las razones de los hechos vividos. En el caso concreto de la dictadura implantada en 1976, la barbarie oligárquica quizás provenga

del notable avance popular producido desde “el cordobazo” en adelante donde las mayores transformaciones parecieron estar al alcance de la mano y entonces, los sectores del privilegio habrían decidido dar un baño de sangre para que esas osadías no se repitieran. Pero ciertos elementos de juicio parecen indicar que la búsqueda de los sectores populares no sólo se remite a conocer la razón de la dictadura, sino que va más allá, como si percibieran que les han mentido sobre cuestiones fundamentales relacionadas con la Argentina y con su propia identidad. Y ahora quieren explicaciones , acercarse a una verdad que les fue escamoteada.

Generalmente, cuando se dan procesos de este tipo, los pueblos comienzan por conocer en profundidad lo que no quieren, lo negativo que les ha trabado el camino hacia una vida mejor. Recién después, son capaces de formular la propuesta por la positiva, es decir, saber lo que quieren En este sentido, quizás los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre del 2001 constituyan un punto de partida. El “que se vayan todos” que atronó junto al cacerolazo no sólo cuestionó a una dirigencia política agotada. Significó también: Basta de neoliberalismo económico, Fin a los discursos tramposos de los economistas del sistema. Y aún más allá: ello explicaría el interés por discutir la historia argentina que se manifiesta en crecimiento en los últimos años. Cuando una sociedad se permite tener programas de historia por televisión y por radio, cuando convierte a algunos libros sobre Historia Argentina en bestsellers y más aún, cuando hay cursos de historias argentina que promueven concurrencias masivas, puede asegurarse que esa sociedad se está repensando. No sólo quiere grabar bien en su memoria los años trágicos –como los iniciados en 1976- sino que quiere ahondar en el conocimiento de su pasado, conocer en profundidad quiénes somos y por qué estamos como estamos. Rechaza entonces las fábulas infantiles –desde el Billiken hasta los retratos escolares- y se lanza por nuevos caminos, probablemente “al asalto del cielo” .

Si esta interpretación es más o menos correcta, se acerca días muy promisorios para la mayoría de los argentinos. Que así sea.

Norberto Galasso .

Número Aniversario (Marzo 2006)

Jorge De Burgos, dice:

Que los simples…


Recordar el golpe de estado del 24/3/76 no es superfluo, excesivo. Por el contrario, es un saludable ejercicio de la buena memoria, sin la cual es imposible construir una identidad nacional y latinoamericana.

Es, asimismo, un homenaje al los Vecinos Memoriosos de Caballito que durante 10 años han luchado para que esa memoria no sea sepultada por los medios de comunicación masivos que tratan de ocultar los verdaderos amos del golpe. Es también, aunque sea reiterativo, una reverencia esperanzada a los que cayeron antes (los 30.000) en procura de una sociedad mejor, distinta.

Pero, ¿para que se dio el golpe?: se dio para poner fin, definitivamente, a la irrespetuosidad, a la desobediencia, a la rebeldía, que ponía en cuestión el orden social/económico/ ideológico tradicional y donde las leyes del mercado estaban seriamente amenazadas. Vino para infundir el terror en el pueblo llano y hacerlo reverenciar a las sagradas autoridades; para liquidar todas las luchas congelando las organizaciones populares y democráticas.

Aún en los más remotos confines de la patria, se impuso un aire cuartelero, castrense. Los facinerosos que asaltaron el gobierno intentaron imponer una cultura complaciente a los verdaderos dueños del poder (que nunca fueron juzgados). Una cultura basada en un discurso único, en donde la propiedad era sagrada, que nos decía que lo establecido está bien como está y al que pretenda modificarlo, o los que pretendan modificarlo, es o será considerado como un subversivo y por lo tanto es legítimo secuestrarlo, torturarlo y asesinarlo.

Al respecto, Caballito no fue una excepción. ‘’Nuestro barrio también fue tierra arrasada’’, según dijo un vecino. Efectivamente, mas allá de cierta complicidad de algunos sectores de la clase media caballitense, estas cuadras observaron el ulular de los Ford Falcon, manejados por miembros de las F.F.A.A; aterrizar helicópteros en la cancha de Ferro y violar edificios y personas a Grupos de Tareas. Por ejemplo: en la calle Yerbal al 500 desapareció para siempre un joven y una pareja se salvó porque se mudó 24 horas antes. ¿Es necesario decir que se robaron todo los frustrados invasores?. En la misma calle, pero al 600, secuestraron (y nunca mas se supo de él) a otro militante; lo mismo sucedió en Parral al 100; en Rivadavia entre San José de Calasanz y Centenera asesinaron a un matrimonio; en Campichuelo al 700 secuestraron a dos exiliados chilenos; del Hogar Obrero, desapareció un empleado y de sus departamentos Piri Lugones, nieta del poeta e hija del comisario. Susana era una distinguida periodista de la agencia cubana de informaciones y ex compañera de Rodolfo Walsh.

Se ha dicho que para muestra sobra un botón. Nuestro barrio también fue asolado por el terror y la represión. La humillación y la injuria. El ordeno y mando. Tiene razón un vecino cuando dice “ la noche cayó sobre caballito. Una noche que duró 6 años”.

700 años atrás uno de los personajes protagónicos de la novela-ensayo El Nombre de la Rosa, el celoso custodio de la biblioteca, Jorge de Burgos, expresando-quizás sin saberlo- el pensamiento d las clases dominantes de la época, decía que los “simples” o es lo mismo el pueblo, no debía pensar; sólo acatar el orden. Trabajar y obedecer a sus dueños sin poner en tela de juicio al sistema dado por Dios y, que por lo tanto, es sagrado.

Pero,¿los sistemas son inamovibles, inmodificables, eternos ?

Sólo el género humano, en su conjunto, puede contestar a esta pregunta.

J.G.C.

Número Aniversario (marzo 2006)

Pesimismo de la voluntad, optimismo de la razón.

No escribo este título para contrariar aquello que se atribuye a Gramsci de “pesimismo de la razón, optimismo de la voluntad”, frase de la que solía gustar el entrañable gordo Corbière. Trato de condensar con esta inversión una especie de idea estratégica.

Pesimismo es la palabra que a menudo surge al finalizar algún reportaje a cualquier intelectual preocupado por la realidad actual de nuestro mundo. Así filósofos, literatos, cuentistas políticos o sociales, artistas. No es para menos.

Este mundo no es razonable y su racionalidad no parece conducir al optimismo. No es preciso hacer un inventario de los resultados de este sistema de dominación: matanzas disfrazadas de guerras éticas, hambrunas genocidas, degradación suicida del planeta. Sin reacciones efectivas, ni desde la población ni desde los Estados, menos aun desde los organismos internacionales.

Quizá deberíamos retornar a la idea del “enemigo fundamental”, aun sin tener muy claro quienes serían los secundarios y, peor aun, cuales los “aliados” en los que hacer pié. De allí que mentar el “optimismo de la voluntad” gira bastante en el aire.

Sin embargo se pueden arriesgar algunas precisiones sobre la maquinaria central de la dominación, tales como la industria bélica, el capital financiero y los gobernantes políticos de los Estados Unidos de Norte América.

Si ello es así, entonces, en principio, cualquier acción (aún aislada) que les ofrezca resistencia, si no está de nuestra parte (los dominados), al menos, no lo está de la otra. Por ejemplo, ciertos aspectos de la geopolítica regionalista, porque si bien es cierto que todos los gatos son gatos, no lo es que todos sean pardos. Aquí hay lugar para acciones colectivas voluntarias, el riesgo es concebirlas de modo optimista. Claro que frente a ellas lo vedado sería la indiferencia. En esos lugares caben tareas, aunque sólo sirvan para debilitar al enemigo principal. Ese es el límite del optimismo de la voluntad, pero la necesidad de parar la hecatombe es urgente, inminente, actual, aunque el terreno sea árido, poco fructífero, nada prometedor.

Si la forma de la dominación es, a la vez, bélica, económica y política, entonces la política no es sólo la emanada de las instituciones del Estado. Ni en el grupo dominante ni en el dominado, ya que su resistencia se debe dar en todos los terrenos. De allí que no baste referir la política a los mecanismos clásicos de los partidos, los movimientos o las armas.

¿Es probable en este terreno una acción política diversa – no hablo de la gastada nueva forma de hacer política-? La razón dice que sí, de hecho así ocurre. De allí que la razón pueda ser optimista. Lo que no es fácil es generalizar esa acción (política). Esa generalización es urgente pero no puede ser objeto de una estrategia de corto plazo. He ahí el límite del optimismo de la razón.

¿Cuál es esa acción colectiva probable? La resistencia no sólo consiste en el enfrentamiento (que, por lo demás, es casi imposible o suicida en algunos terrenos de las relaciones de fuerzas) sino en el de su propia lógica de supervivencia constituyente de nuevas relaciones (políticas, económicas, culturales, ideológicas), a las que, por supuesto, no le pueden ser ajenas las demandas a los dominantes.

No está escrito que así suceda, pero es, al menos una opción racional probable. Requiere entonces de la voluntad. Es probable aunque pese a la acción voluntaria el esfuerzo es arduo y largo. Además complejo: relaciones de no-dominación, de solidaridad, de cooperación no se logran con una lógica simple: la experiencia es una base ineludible, pero no basta. No basta el asalto al poder, ni siquiera si por algún sacudimiento esporádico, ello acaezca, ya que la profundidad del cambio requiere generación, desarrollo y generalización de las nuevas relaciones.

En Indoamérica surgen movimientos de rebeldía, de demandas, de cooperación, pero el terreno está delimitado por otras estrategias. Sin embargo tiene resultados visibles en los bordes tangentes de los dominantes y los dominados. Uno de ellos es lo que llamamos “populismo”. Esto que no es de despreciar, tampoco debe, en mi opinión, ilusionar. En todo caso, creo, es conveniente no olvidar lo probable en aras de lo posible. En la relación de fuerzas la táctica es lo posible y la estrategia es lo probable. No en orden cronológico, los movimientos tácticos (voluntad desconfiada) como puntualidades de una estrategia (razón optimista).

Esto, creo, si pensamos en la especie humana, no sólo en las individualidades ni en la particularidad de las clases o las naciones.

Edgardo Logiudice
Diciembre 2005.

Número Aniversario (Marzo 2006)

A 30 años-luz de los DDHH

Desde hace algunos años que se vienen sucediendo episodios en la zona de la estación de Caballito que nos preocupan por la naturalidad con que pasan: se han hecho cotidianos.

Gente en situación de calle sobre todo jóvenes y chicos que en general llegan a la zona a través del tren Sarmiento. Pibes aspirando bolsas de poxiran, sobre todo antes, ahora ahogan sus vidas con el “paco”, con la pasta base. Gente que arma sus “ranchos” para pasar las noches debajo de andenes o de cualquier recoveco que amaine el frío. Parejas de jóvenes que tienen sus hijos en la calle a los cuales por tener hijos el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires les da 6 meses no renovables en un hotel y luego de nuevo a la calle. Infinidad de cartoneros revolviendo bolsas; infinidad de niños cartoneros revolviendo bolsas.

La policía (comisaría 12, 13 y división Sarmiento) todos los días para gente por la calle, gente en general joven y en general morocha, que en general no ha hecho mas que transitar por la calle. Y a veces lo hace de muy mala manera, con malos modales y la pistola en la mano; y es entonces que uno se pregunta si será del gatillo fácil o del difícil ese policía con el arma en la mano y de modales difíciles de aceptar. Luego, a veces se encarga, el policía, de pedirte perdón después de haberte encañonado , requisado y puesto contra el piso (seguro que ese es un “nuevo policía”).

Pero también los vemos a los policías de malos modales encargase simple y cotidianamente de quemar literalmente las pertenencias de los chicos que paran por esta zona, cosa que resulta un tanto sugerente si pensamos que nos encontramos cerca de la plaza y de la calle llamada Giordano Bruno que murió quemado por la inquisición en el 1600. Pero estamos en 2006, a casi 30 años del golpe militar del 24 de marzo, época en que recordamos los famosos “derechos humanos” que se darán en las escuelas, los recordará el presidente Kirchner, los alentará el juzgado jefe del gobierno de la ciudad Aníbal Ibarra (juzgado por una causa donde murieron intoxicados por un incendio 194 jóvenes). Memoria, Verdad y Justicia veremos en muchos carteles de efemérides.

Pero perdón nos fuimos del tema que era la situación de múltiples violencias que se suceden en las inmediaciones de la estación de Caballito. A veces los vecinos se ponen un poco impacientes y reclaman más policía en la zona; y a veces hay más policías o a veces no hay ninguno y son los días en que justo roban en algún comercio de la calle Rojas o a una señora en la calle. Algunos le llaman a esto “liberar la zona”, lo que sería dejar sin policías una zona para que actúen los “delincuentes” lo cual no sólo da buenas razones para que se pida más policías sino que además dicen que produce algún ingreso extra al deshonroso sueldo de los agentes.

Entonces esta es la situación: políticas sociales casi ninguna, políticas represivas casi todas. Así estamos por la estación de Caballito y descontamos que así se encuentran todas las estaciones de trenes que transporta gente pobre hacia la indigencia: podríamos decir que cuando el gobierno dice que “x” cantidad de gente y (sobre todo jóvenes) cruza la línea de la pobreza hacia la indigencia, es gente que se toma el tren y va a parar al medio de la ciudad, sin techo, con un bolsito para cartonear latas o a ejercitar el arte de pedir alguna moneda cuando no “apretar” a alguien para conseguirla o ponerse de acuerdo con algún uniformado para hacerlo.

Del lado de los vecinos con vivienda, los que no dormimos en la calle pero sí la transitamos y sí la vivimos, estamos los que miramos todo con mucha angustia y mucha impotencia, y los que consiguen alguna fórmula para solucionar estos problemas mirando, leyendo o escuchando algún medio de comunicación: llamamos a la poli que está al servicio de la comunidad, nos “limpia la calle”, mete bajo la alfombra lo que no queremos ver. Años y años de lo mismo sin embargo, no les deja ver a estos vecinos que sigue pasando lo mismo, que lo que se esconde y se tapa vuelve a salir, no es un asunto de cosmética, de tapar arrugas. Hay algo que sigue produciendo que día a día, minuto a minuto siga apareciendo gente en situación de calle. Y para desgracia de todos es una situación bastante compleja de resolver, que no se hace de la noche a la mañana, que no podemos seguir ilusionándonos con que llamando simplemente a la policía terminaremos con el problema.

Bueno simplemente esto, a 30 años del golpe de estado del ’76 algo no cierra por nuestro barrio; aunque los señores de los gobiernos se vistan de seda, la pobreza y la indigencia quedan. Nosotros entonces empezamos por sacar esto a la luz del pensamiento, (porque a la luz del día ya está hace unos añitos), nos proponemos no aceptar así porque sí esta situación violenta que produce violencia; no queremos seguir viendo bebés en situación de calle o sea sin techo, sin futuro, pero tampoco queremos ver jóvenes, ni viejos; en la plaza Giordano Bruno contabilizamos 4 hombres muertos por la indigencia y el alcoholismo en 2 años; no queremos ver a los uniformados (a veces sin uniforme) quemando y pegando y maltratandonos a todos. No queremos la salida “fácil” de llamar a los uniformados (a veces sin uniformes) para que “limpien” la calle. No queremos que sigamos maltratando y robandonos entre nosotros. Esta es una invitación a pensar qué hacemos para realizar los derechos humanos ya que no alcanza con buenas campañas de publicidad para lograrlo como parece que pretenden los señores de los gobiernos.

Centro Cultural La Sala, Biblioteca Popular Los Libros de la Buena Memoria, Asamblea Gastón Riva, Huerta Komunitaria de Caballito, Vecinos Memoriosos de Caballito

Número Aniversario (Marzo 2006)

DE PIQUETES Y PIQUETEROS

Tuve la suerte de poder realizar el viaje que quería.

Cinco mil kilómetros desde la Capital, pasando por Bahía Blanca, Viedma, Puerto Madryn, Esquel, Bariloche, Neuquén, La Pampa y diversas poblaciones y lugares intermedios que nos mostraron la generosidad de las montañas y la tierra patagónica y pampeana

El clima nos acompañó casi todo el tiempo, combinando el sol abrasador del medio día, incluso en el sur, con el fresco de las noches cerca de ríos como el Negro o el Chubut.

Encontré lugares de enuseño como la llegada a las playas de San Antonio Este en Río Negro, el dique Ameghino, saliendo de la ruta 25 en Chubut o subiendo ya, el lago Picún Leufú en su límite con Neuquén. Seguramente habrá otros que no menciono.

Pero gozar del paisaje también es mirar lo profundo. Tuvimos en Neuquén un piquete que nos detuvo la marcha hacia 25 de Mayo en la ruta 151. Los compañeros explicaban los motivos en un volante de la CTA local dirigido “A la Comunidad de Neuquén y a los automovilistas en general” Decían “tan solo ganamos $ 37,64 más $ 1,33 por presentismo, cuando como mínimo cosechamos 1200 kilos diarios (o sea $ 4.800 cada uno)”. “cada kilo de fruta se vende a Europa a 4 euros, pero al productor le pagan 20 centavos”

Ellos solo pedían un aumento de $ 18 diarios, es decir un aumento del 47% lo que significa que en lugar de pagarle a cada trabajador 3,7 centavos por kilo, le pasarían a pagar 5,5 centavos. Ese era el motivo del justo y necesario piquete que les permitía hacerse oír y llevar a la sociedad su reclamo.

El piquete corta las rutas e impide el tránsito por ellas, generando molestias.

El piquete crea una anormalidad en la marcha de los automovilistas que buscan llegar rápido a su destino.

Pero hay otro tipo de piquete, mucho más sutil, más “justificado” ante la sociedad pacata. Un piquete que la oligarquía instaló como natural y que corta todos los caminos que recorremos e impide el paso de automovilistas y caminantes: el piquete del alambre de púa.

En todo nuestro trayecto nos acompañó el alambre de púa. En lugares insólitos, como lagunas, zonas inundadas, montañas, estaba el alambre de púa Cinco mil kilómetros de alambre de púa.

La propiedad privada sobre la tierra, esa dañina rémora del pasado que trajo entre otras cosas, que a escala nacional 103.000 productores hayan debido que abandonar sus tierras entre 1988 y 2002, estuvo presente en todo el viaje.

En los últimos años se vendieron 4.000.000 Ha en la Patagonia y hay a la venta 3.800.000 más, mientras se traban juicios a comunidades mapuches que reclaman por sus derechos ancestrales. Recordemos que para esas comunidades junto a la valuación material de las tierras hay una valuación cultural que tiene que ver con su individualidad de pueblo originario.

En 1896 el presidente Jose E. Uriburu regaló 900.000 Ha en la Patagonia a 10 ciudadanos ingleses (90.000 Ha a cada uno) para que usufructen sus tierras.

En la Argentina de hoy se han vendido 16.900.000 Ha, mayoritariamente a firmas extranjeras como Benetton, World Land Trust, Turner y otras, las que de un modo u otro compran para cumplir aquello que sostenía Henry Kissinger de establecer no solo el control de la natalidad, sino de los recursos naturales en países del tercer mundo para más allá de 2030. En Argentina está la segunda o tercera reserva hídrica mundial.

El alambre de púa certifica la existencia de la política que menciono.

Como escribió Víctor Jara en su hermosa canción, hay que desalambrar, no solo acordar con los ganaderos para tratar de congelar el precio de la carne. Seguramente este gobierno no tiene en cuenta esta imperiosa necesidad nacional, pero la misma está en los programas y en el sentimiento de los movimientos populares.

Los piquetes de la fruta van a concluir cuando se resuelvan las necesidades de los piqueteros.

El piquete de la propiedad privada de la tierra debe terminar porque es uno de los causantes centrales de las miserias del campo y la ciudad.

A. L. Fuente: Internet, obreros de la fruta Neuquén

Número aniversario (Marzo 2006)

EXPROPIACIÓN DE TERRITORIOS DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS: POLÍTICA DE ESTADO EN AMERICA LATINA

Pueden cambiar las etiquetas, las políticas locales, las demarcaciones cartográficas, pero medularmente nuestro continente, desde el Río Bravo hacia sur se encuentra a merced de los Cuatro Jinetes del Mercado: Privatización Territorial, Enajenamiento Ilegitimo de los Recursos Naturales, Acaparamiento Genético y Racismo Ambiental. Esta realidad marca un trasfondo real y perturbador para los gobiernos latinoamericanos que hoy se jactan de ser “populares”,democráticos” y “progresistas”, y por sobre todo “independientes” del gobierno estadounidense y la globalización impuesta. Congresos como el mexicano alfombran el camino a la libre intervención extranjera de los recursos biológicos y genéticos, a través de la vergonzante “Ley Monsanto”. Presidentes como el peruano, el argentino y el saliente chileno expulsan a los pueblos aymará, mapuche y wichi de sus tierras originarias, y tal como ocurre en Brasil, Colombia y Ecuador, los poderes judiciales están al servicio de las multinacionales y los grandes terratenientes a fin de “garantizar la legalidad de los actos”. La vulneración planificada de la integridad territorial de los pueblos originarios en Chile y Argentina, es una clara violación de derechos humanos y una expresa forma de discriminación ejecutada por gobiernos en la disciplinada implementación de políticas del sector privado, acciones y omisiones que agreden abiertamente el ambiente, la salud, la biodiversidad, la economía local y la calidad de vida. Es indudable que esta política de los Estados repercuten principalmente en los territorios de sectores vulnerables, como los indígenas. Los pueblos originarios, entre ellos los mapuches reivindican el derecho a ejercer un control efectivo sobre sus territorios en Chile y Argentina estableciendo su propio desarrollo, principalmente ante la desprotección de su territorialidad, que ha llevado a la privatización de derechos de aguas, del mar y borde costero, la expansión de plantaciones forestales, la constitución de concesiones mineras, explotación de hidrocarburos, el patentamiento de germoplasma, la implementación de grandes obras viales, industriales y de turismo indiscriminado. Todo, en nombre de un modelo de desarrollo y progreso que en realidad resulta “crecimiento económico” (sic) en beneficio directo de las grandes compañías, muchas de ellas transnacionales, en evidente y claro desmedro de una larga lista de comunidades que se ven impelidas, como lo ha sido históricamente, a sacrificar diariamente su calidad de vida, viendo como se deteriora su ancestral ambiente y con ello su salud y seguridad. El antropólogo y analista Alfredo Seguel, afirma que el racismo ambiental “es una forma de discriminación ocasionada por las políticas públicas o privadas, que se manifiesta en la intención de que los costos ambientales sean exclusivamente asumidos por un grupo determinado de la población o en la exclusión manifiesta de este grupo en la toma de decisiones que afectan sus vidas”. La empresa hispano-argentina (?) Repsol – YPF, que durante la última década sacó millones de barriles de crudo de la provincia del Neuquén, hoy impunemente en la zona de Loma de la Lata obliga a 75 familias de las comunidades de Kaxipayiñ y Paynemil a convivir en su territorio con 65 pozos de petróleo, ductos y mecheros de venteo de gas. Sus efectos se asocian ya con casos comprobados de anancefalia, crías de animales con malformaciones, núcleos familiares enteros envenenados metódicamente por materiales pesados como plomo, cadmio, arsénico, níquel, aluminio y manganeso. El complejo turístico Chapelco, dedicado al esquí, ha provocado la contaminación deliberada de aguas de vertientes que proveen a las comunidades Curruhuinca, obligándola compulsivamente a emigrar a zonas adversas e inhóspitas, situación similar se produce con la explotación de minas de oro, las que con la utilización de cianuro, son contaminantes acuíferas de primer orden afectando directamente a la comunidad mapuche Puelmapu de la provincia del Chubut. Uno de los ejemplos de mayor corrupción e ilegitimidad, es el que actualmente enfrenta la comunidad wichi de la reserva General Pizarro en la provincia de Salta, a la que primero se le enajenó una “reserva” y luego se vendió. En 1995 se declaro al territorio restante “área protegida”, pero en 2004 se puso a la venta mediante licitación pública. Everest S.A., la empresa compradora, se ha puesto prontamente a desmontar la antes protegida reserva salteña a fin de someterla al monocultivo de la soja, pese a que la comunidad indígena se ha movilizado denunciando la violación expresa de sus derechos constitucionales, la única respuesta ha sido y seguramente será en el futuro –si no se implementan serias medidas protectivas y de asistencia-, la consabida y remanida: Política de Estado.

J. R.

Número aniversario (Marzo 2006)

EL FETICHE DEL “PODER DEL CONOCIMIENTO”

Por Luis Mattini

Lo primero que hay que desmitificar es que la Dictadura Militar, no fue ni irracional, ni excepcional, ni exclusiva. La Dictadura Militar Argentina fue el instrumento de un estudiado proyecto de las clases dominantes para destruir las bases del Estado de Bienestar y los avances del movimiento popular. Dicho proyecto data de 1955, sustentado por la vieja oligarquía terrateniente, los empresarios agrarios e industriales argentinos y sus socios en el mercado mundial, el capital transnacional,.

En efecto: el movimiento obrero argentino organizado, con una legislación laboral y conquistas sociales superior a la mayoría de los países europeos de la época, representaba un enorme escollo para la libre circulación del capital.

La voracidad del capital nacional y transnacional, el carácter periférico de nuestro país, la pobreza intelectual de nuestra clase política, impedía que los conflictos sociales se canalizaran por las vías de la democracia representativa, sea por inoperancia de su estructura formal o sea porque cuando el movimiento popular lograba una correlación de fuerzas favorable, era cortado por la intervención de los militares.

En esa serie de frustraciones, surge la generación de los setentas, como parte de ese movimiento libertario mundial iniciado por el 68 francés, simbolizado en la figura del Che Guevara. Pero fundamentalmente alimentada por esa generación que surgió después del golpe de estado de 1955 y que iria a conformar lo que luego se llamaría “nueva izquierda” Y, en nuestro caso, adquirió una inusitada radicalidad en los métodos porque nuestra generación, más que lucidez racional tuvo la intuición que en la Argentina se estaban echando las bases para el capitalismo de Estado en tiempos de guerra. Dicho de otro modo: las clases dominantes incorporaban los conflictos sociales en el ámbito de la llamada guerra fría. Tres intelectuales, desde tres visiones políticas, marcaron la época; John W. Cooke, Silvio Frondizi y Ernesto Guevara. Los tres tenían dos puntos en común: el convencimiento de la inexistencia de una burguesía nacional (los empresarios “nacionales” nunca lograron constituirse como clase) y, en consecuencia, la critica a la democracia representativa como sistema válido de progreso social.

Hoy está fehacientemente demostrado que el sustento ideológico de los militares argentinos fue la fusión del más oscuro catolicismo del pensamiento nacional con el integrismo católico francés y la tesis de guerra antisubversiva, plasmados en la llamada Doctrina de Seguridad Nacional. A partir de 1975 las Fuerzas Armadas Argentinas actuaron según el modelo establecido por los instructores franceses en la llamada Batalla de Argel. Bignone lo ha declarado sin ambages: ”Nosotros actuamos con el reglamento en la mano; el Operativo Independencia fue una copia del plan de la Batalla de Argelia”

Esto no los disculpa, por el contrario, los militares argentinos pusieron su cuota de particular perversidad al racionalismo de los instructores franceses. Pero los crímenes de las Fuerzas Armadas como ejecutores materiales del Terrorismo de Estado, no debe disimular la responsabilidad activa de, como queda dicho, en primer lugar los Empresarios, nacionales y extranjeros, la Iglesia Católica, las Instituciones de la República, particularmente el Poder Judicial, los medios de comunicación y vastos sectores de la sociedad civil. Tampoco escapan –bueno es recordarlo– el doble discurso de muchos de los gobiernos de los países centrales, y ex países socialistas, quienes, como hoy, detrás del discurso de los Derechos Humanos, o las declamaciones democráticas, propiciaron pingues negocios por el camino abierto a la mercancía por la Dictadura Militar. Sólo basta recordar El mundial de fútbol de 1978, una de las páginas más negras en la historia nacional, a la que Pablo Llonto llamó; “la vergüenza de todos”:

Hoy, a treinta años de aquel horror, la lucha en todos los ámbitos ha logrado acorralar a los militares de modo tal que Argentina pasa a ser reconocida en América Latina por estos indiscutidos avances contra la impunidad. Sin embargo, circunscribir la impunidad sólo a su aspecto jurídico, sin extenderla a los ámbitos políticos sociales y económicos, como si el Terrorismo de Estado hubiera sido una especie de locura de un grupo de militares con patologías integristas, además de ser una gran injusticia, oculta las razones de fondo por las cuales millones de habitantes de la argentina sufre los padecimientos actuales.

Hoy la Argentina sufre dos flagelos prácticamente desconocidos en su historia: hambre y desempleo. Además la violencia social ha dejado más muertos y desaparecidos sociales que los producidos por la violencia política de los años setenta.

Los ex integrantes de la dictadura militar suelen decir que ellos ganaron la guerra y perdieron la batalla política. Y ello podría ser la mitad de la verdad. Porque en efecto, la supuesta guerra ganada por medio del Terrorismo de Estado, echaron las bases para estas transformaciones estructurales, que han hecho ingresar a Argentina en el grupo de países con mayor desigualdad social. Porque si, como es sabido, el proyecto socioeconómico de la dictadura, expresado en su Ministro civil, Alfredo Martínez de Hoz, era convertirnos en un eficiente país agroexportador…. pues aquí tenemos ese país. La actual República sojera. Hoy el problema fundamental de Argentina pasa por el modelo productivo que ha transformado a la tierra en una industria extractiva, tanto en lo agropecuario como en lo minero y energético, con la alarmante tendencia hacia la monoproducción, la pérdida de la soberanía alimentaria, y sus conocidas consecuencias sociales y ecológicas.

Además, la honestidad obliga a reconocer que el privilegio no sólo es para los monopolios nacionales y extranjeros, alcanza también a millones de personas que vivimos relativamente bien, y con ciertas perspectivas inmediatas de progreso, sin saber, o sin querer saber, a pesar de tener un cartonero en la puerta de nuestra casa, que este tipo de crecimiento económico no elimina la pobreza, por el contrario, la produce.

Cabe entonces preguntarse: ¿cómo es posible que en treinta años de democracia y estando en el gobierno hoy aquellos militantes sobrevivientes de los setentas, el modelo productivo sea en esencia aquel que impuso la dictadura militar?

¿Traición? ¿Complot? Traidores hay, desde luego, pero no podemos imaginar una sociedad de traidores.

A mi modo de ver, ocurre que mientras se luchaba contra las consecuencias físicas y jurídicas , por así decirlo, del Terrorismo de Estado: por los derechos humanos, el estado de derecho y la conquista de la democracia y contra la impunidad, etc. poniendo a los militares a la defensiva táctica, las clases dominantes desarrollaban una “estrategia”, en el ámbito del pensamiento por medio del sistema educativo, los medios de comunicación y los aparatos ideológicos , para construir un nuevo y más dominante poder que el de la fuerza: El “Poder del Conocimiento”.

El “Poder del Conocimiento”, un sistema de creencias simple, pero más fundamentalista que el de las religiones monoteístas, que ha demostrado la capacidad de coptar las mentes y los corazones más sensibles, mediante un sutil entramado de seminarios, post-grados, becas, capacitaciones, etc, que van formando una nueva aristocracia. La aristocracia de los que “saben”, donde los títulos académicos equivalen a los viejos títulos de nobleza, pero sobre todo donde cada uno de esos saberes parciales, es un fin en sí mismo que autojustifica su existencia.

En ese sentido, la honestidad también nos obliga a salir de ese lugar común de atribuir la fuente de todos los males en la corrupción de los políticos, y recordar que la clase política llamada “progresista”, que es la que hoy gobierna, se nutre de esta nueva nobleza. Porque corrupción es también, por ejemplo, gestionar proyectos de capacitación, embaucando, consciente o inconscientemente a los desocupados en la esperanza de que con los planes de capacitación propiciados por el Banco Mundial, se solucionará el empleo y una mayor equidad social. Así, la educación se reduce a “capacitación”. Y esos proyectos de capacitación, impulsados por el Banco Mundial, producen más daño que la infantería de marina norteamericana, porque dañan el cerebro, de modo tal que impiden ver que están destinados a consolidar el modelo agroexporador.

Las ideas, el pensar, que antes se expresaban en tesis, hoy han sido cambiadas por extensos curriculum, de records de horas de seminarios y eventos donde se adquieren “conocimientos”.

Por eso ahora, ese político progresista, hasta ex revolucionario, devenido funcionario del Estado con poder de decisión, descalificará determinada propuesta porque los reclamantes “no saben”, ni tienen curriculum que sustente la verdad de sus peticiones.

En realidad no es nuevo, ya la democracia helénica se había topado con él. Este Poder niega a los ciudadanos comunes el derecho a la decisión con el argumento de su ignorancia. Este poder confunde adrede conocer con pensar. Y nuestros intelectuales, fascinados por el nuevo fetiche, “El conocimiento”, no son capaces de enfrentar al más ignorante, como decía Ortega y Gasset, de los estamentos sociales, los especialistas.

Así, este “progresismo” pretende “apropiarse” del Poder del Conocimiento y darlo vuelta a favor de la humanidad, sin comprender que por el sólo hecho de ser “Poder”, es inapropiable y antihumano.

Así es como, en el mejor de los casos, se enfrenta al bien llamado “pensamiento único”, con un pensamiento único opuesto. Como si diríamos un pensamiento único “de izquierda” (exportar para los “buenos”. China, Vietnam, Venezuela, etc).

Es el caso de oponer a la globalización capitalista una supuesta globalización socialista. Concepción esta que nos puede llevar a un enfrentamiento de características similares a aquel de la guerra fría: este-oeste, cuya consecuencia más grave fue la pérdida de la autonomía, la subordinación de la lucha local a una “situación general” y la adquisición de ese campeón del maniqueísmo: “El enemigo de mi enemigo es mi amigo”. .

La dificultad consiste en no poder oponer a ese pensamiento único un pensamiento múltiple, porque para ello es necesario dar vuelta como un guante los criterios de análisis que usan las ciencias sociales y bajar de su pedestal las verdades absolutas de las ciencias naturales, para dejar al desnudo la inconsistencia del llamado “Poder del Conocimiento”, que nos lleva continuar la loca carrera tras el “desarrollo”. Y el desarrollo, como se sabe, fue la mayor trampa del siglo XX. Que los memoriosos recuerden la “revolución verde”, la revolución “científico técnica” y sus promesas de liquidar el hambre en el mundo.

Porque los problemas de Argentina no pasan por el desarrollo, no pasan por el crecimiento. Los problemas de Argentina pasan por la distribución de la riqueza. Sólo que debemos descubrir cómo se distribuye la riqueza.

Sin embargo no todo es este oscurantismo iluminista del siglo XXI.

Por debajo de la superficie, por debajo de la dictadura de la imagen, por detrás del resplandor de la transparencia, se están gestando fuerzas constituyentes de una nueva forma de relaciones sociales.

Porque hay que recordar que esta afirmación del modelo dominante se hizo con sombra de la la resistencia de vastos sectores de la población, con notable fuerza y, por momentos, con grandes dosis de creatividad. –ahí están las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 y la explosión asambleísta posterior– a pesar de avanzar con la sensación de frustración en frustración.

Porque quizás las causas de la sensación de frustración radiquen en la dificultad para visualizar las nuevas formas que adquiere el imaginario colectivo para encontrar un proyecto común que contenga la multiplicidad, la diversidad y sobre todo pueda conducirse en la complejidad de los tiempos actuales.

Reconocemos que no es fácil, en parte porque el modelo –como dije más arriba–, beneficia en términos relativos, también a unos cuantos millones de habitantes, quienes, tomados masivamente, obran de contrapeso.

Porque, repartir la riqueza no consiste sólo en medidas administrativas de distribución. Consiste fundamentalmente producir de otro modo, producir desde adentro y hacia adentro y de modo tal que la producción esté al servicio del hombre concreto y no a la abstracción del mercado mundial.

Huelga añadir que me refiero a todo tipo de producción, en primer lugar la producción de saberes. Y allí radica el nudo “estratégico” de nuestro devenir: Enfrentar a ese Poder del Conocimiento con un nuevo tipo de producción de saberes en una nueva práctica social.

Ello significa pensar desde adentro, desde el ser humano como potencia inmanente, produciendo esos saberes del que sabe lo que quiere porque sabe lo que no quiere. Pensar la ciudad desde el barrio, pensar el país desde la provincia, pensar el mundo desde el país.

Nada más lejos de mi espíritu que el estrecho nacionalismo. No opongo lo nacional a lo transnacional, sino que opongo lo múltiple a lo único, el intercambio entre diferentes de igual jerarquía.

Pensar y producir desde adentro y para adentro significa en este caso, intercambio entre autónomos.

Entonces si todos, hombres y mujeres, barrios, aldeas, provincias, países aprendemos a pensar, a crear subjetividades, a producir saberes desde adentro, podrá generarse un gran “afuera” colectivo que podremos llamar, ahora sí. universalidad, en donde no existe el centro sobre el que actúe el “Poder del Conocimiento”, porque habrá tantos centros como mundos posibles.