DE LOS INDIGNADOS ESPAÑOLES

  • No es crisis es estafa
  • Cría ricos y te comerás sus crisis
  • Si no salimos en los periódicos saldremos en los libros de historia
  • Me gustas democracia porque estás como ausente
  • Ya tenemos el sol, ahora la luna
  • El pueblo reflexiona, por eso está en la calle
  • Te oigo quejarte en casa, sal a la calle a que te oigan
  • La única causa de la pobreza es la riqueza
  • Precaución, ciudadanos pensando.
  • Nuestros sueños no caben en vuestras urnas.
  • No somos ilusos somos ilusionistas

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lunes, 16 de marzo de 2009

NUMEROB 38
FEBRERO/MARZO 2009

LAS RATAS

Hoy: Felipe Solá

El placer de la adaptación, la acomodación o directamente el acomodo. Parafraseando a Nicolás Guillén, el gran poeta cubano: si hoy neoduhaldista, ayer menemista, luego duhaldista y después kirchnerista (sólo por un tiempo, ojo!).

Así son los políticos profesionales del poder. No cambian por principios, sino que juegan a ganador.

Agrónomo de la UBA, secretario de agricultura de Menem, vice gobernador y gobernador de la Provincia de Bs.As., es entre otras cosas el responsable del uso de soja transgénica.

“Los agronegocios, con la soja en primer lugar, son sinónimo de desmontes, degradación de suelos, eliminación de otros cultivos, expulsión de comunidades ancestrales, contaminación y enfermedad”, denuncia desde hace una década el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) sobre el modelo agropecuario vigente y, sobre el glifosato, no tiene dudas: “Arruina plantaciones para autoconsumo, mata animales y envenena familias ancestrales. Es un desastre sanitario silenciado, donde los ejecutores son los sojeros, pero con la complicidad de la dirigencia política y el Poder Judicial”.

El avance del monocultivo se produjo en la década del ’90, cuando el entonces secretario de Agricultura de Carlos Menem, Felipe Solá, autorizó la siembra de semillas modificadas genéticamente y el uso intensivo de glifosato. En 1997, en la Argentina se cosecharon 11 millones de toneladas de soja transgénica y se utilizaron 6 millones de hectáreas. Diez años después, en 2007-2008, la cosecha llegó a los 47 millones de toneladas y abarcó 17 millones de hectáreas. Fue política de Estado de todos los gobiernos.

El cultivo desplazó al trigo y ya ocupa la mitad de la tierra sembrada del país.

Hoy hechos como los de Tartagal muestran adonde pueden llegar los desmontes de bosques, producidos por los capitalistas de la soja -como el senador provincial de Salta Olmedo-, A esto hay que añadirle los peligros del uso de los agentes tóxicos como el glifosato.

Pero Solá además es corresponsable de la masacre de Avellaneda, donde fueron asesinados los compañeros Kosteki y Santillán. En los primeros momentos después de la Masacre, Solá felicitó y avaló públicamente el accionar del comisario Fanchiotti, quien era en última instancia funcionario del gobierno provincial que él conducía. Tal como lo declaró el ex Cabo Acosta el 31 de mayo de 2005 en el contexto del juicio por la Masacre, Solá no sólo había felicitado al ex Comisario sino que incluso le había prometido “tramitar su pase a otra dependencia” para que “no quedara expuesto” después de los crímenes. Fanchiotti ya había hablado de las felicitaciones del gobernador aquella misma tarde del 26 de junio, aunque no había hecho referencia al ofrecimiento de traslado. Pero una vez aparecidas las fotografías Felipe Solá debió cambiar su discurso. Se paseó entonces por los programas de TV y atendió los llamados de todas las radios reforzando la teoría que señalaba a Fanchiotti como un “psicópata, un demente”. El gobernador fue así uno más entre los funcionarios que aseguraron que las muertes respondían a una supuesta interna de los propios piqueteros para luego desdecirse y pretender minimizar los hechos reduciéndolos a la responsabilidad de un policía enloquecido.

Ahora se presenta como una cenicienta, que nada tuvo que ver con el reciente pasado en la provincia de Buenos Aires. En fin, ya los conocemos.

Pueden cambiar de camiseta, pero no pueden cambiar de mañas. Todo lo que hacen lo hacen para provecho propio y de quienes los sostienen. No tienen nada que ver con la gente sencilla, con el pueblo. En definitiva, dan asco.

Fuente: Internet Argentina Arde A.L.


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