miércoles, 16 de abril de 2014
TREINTA AÑOS DE CINE EN DEMOCRACIA
Hay etapas que se viven como interminables. La última dictadura militar que asoló nuestro país podía parece infinita. Era uno de sus objetivos y duró más de siete años que para nuestro cine fueron eternos. Una férrea censura impedía que llegaran películas y también, con las famosas listas negras, muchos directores fueron obligados a exiliarse, otros impedidos de filmar y algunos asesinados. Un cine pobre y chato, con directores olvidables, como Emilio Vieyra, Enrique Carreras o los hermanos Sofovich filmaron durante esos años . Con la llegada de la democracia comenzaron a disiparse las tinieblas, aunque no los tenebrosos, no se tardó en descubrir que la dictadura había dejado como granadas de tiempo retardado que empezarían a explotar cuando ellos no estuvieran. Granadas de escepticismo en los realizadores, de desesperanza y fundamentalmente de un posibilismo que establece que sólo aquello que es nombrablemente posible existe en la realidad y todo lo demás es pasto del sueño o de la pesadilla. Igual, de a poco, retornaron algunos directores como Solanas, De la Torre, Getino o Vallejos y pudieron filmar y aparecieron algunos nuevos y promisorios directores como Mignona, Carlos Sorín, Agresti, Jusid, Favio, o documentalistas como Marcelo Céspedes y Carmen Guarini, que filmaron entre treinta y cuarenta películas por año.
El cine argentino, como es lógico, fue atravesando los distintos momentos económicos y políticos durante los treinta años de gobiernos democráticos y padeciendo o usufructuando las mejores o peores situaciones. Las crisis económicas golpearon fuertemente y el agudo proceso de desguace de todo la industria nacional fue padecido también por nuestro cine. Los noventa dieron la impresión de nunca terminar, sobre todo porque su ideología cundía en la sociedad, colonizaba el discurso académico y el triunfo cultural logrado por el neoliberalismo se reflejó con fuerza en todas las manifestaciones culturales, incluyendo al cine. Julio Maharbiz, el amigo presidencial, fue nombrado al frente del Instituto de Cine y aunque tozudamente los directores que venían filmando y los nuevos, muchos de ellos surgidos de las decenas de escuelas de cine que se fueron abriendo para cubrir a los miles de sedientos estudiantes que poblaron sus aulas, como por ejemplo Lucrecia Martel, Pablo Trapero, Esteban Sapir, Pablo Reyero, Israel Caetano, Albertina Carri, Lisandro Alonso y muchos otros que pudieron filmar con el apoyo de la nueva Ley del Cine que se aprobó a fines de los noventa. El golpe de la crisis del 2001 y 2002 fue brutal y muy lentamente y especialmente a partir del 2008, año en el que asume Liliana Mazure al frente del Instituto se llega a cifras importantes de producción, entre 100 y 140 largometrajes por año.
Aún en un contexto muy favorable, persisten problemas serios por la concentración del mercado cinematográfico, especialmente en el área de la distribución y la exhibición. Apreciemos algunas cifras: en 750 salas de cine en todo el país, cualquiera de los tanques de Hollywood se estrenan en 270 salas en promedio. Si las comparamos con los estrenos argentinos, aproximadamente la mitad de ellos se estrenan en cinco salas o aún menos. En algunos casos con películas excelentes y arriesgadas como "Tierra de los padres" de Nicolás Prividera, el estreno se dio en una sola sala, la mítica e indispensable Sala Lugones del Teatro San Martín. Otras pequeñas salas como el histórico Cosmos, comprado por la UBA, estrenó cinco películas argentinas que no encontraban sala.
El tema se viene discutiendo desde hace rato y hay muchas opiniones. El productor Diego Dubkovsky cree que un avance hacia la solución del problema es la creación de un circuito alternativo "más ligado al tipo de cine que hacemos nosotros". Tambien comenta "que la experiencia del Gaumont es superexitosa, y ahora se agrega el Arte Cinema en Constitución, que luego de ser tomado por el INCAA, bajó el precio de las entradas y le dio una programación más atractiva, estando en una zona donde a la gente no le gusta mucho ir, el público se duplicó y hasta triplicó. Sería genial que este ejemplo se extienda a cines cerrados como el Atlas Santa Fé". Esa política sería bueno que se extendiera hacia los cines que no tiene posibilidad de estreno en nuestras salas, como el europeo, el asiático, el africano y fundamentalmente el sudamericano.
Algunos distribuidores alegan que no hay público para ese tipo de cine. Sin duda si hablamos de los tanques que llevan a tres millones de espectadores es así, pero hay films como "El chico de la bicicleta" de los belgas hermanos Dardenne o la iraní "La separación" dos películas de gran calidad artística y muy atractivas para todo público, nada experimentales ni "aburridas" como a veces se dice alegremente por algunos comunicadores respetables como Aliverti de las películas que no son norteamericanas o "que no cuenten historias", llevan a los cines entre 150.000 a 400.000 espectadores. Un independiente muy popular en Buenos Aires como Woody Allen puede llegar al millón de espectadores con películas para todo público pero no imbéciles o que toman como imbéciles a sus espectadores.
Un dato que mucha gente no conoce y que es fundamental para esclarecer un poco este tema que en general no tiene mucha prensa es que un tanque del que leemos costó 300 millones de dólares, en realidad destinó la mitad, es decir 150 millones, a gastos de lanzamiento en todo el mundo, lo que significa que unos meses antes de su estreno se pagan viajes a cronistas de grandes medios a EE.UU. para que empiecen a mandar notas sobre la película, luego se sigue con los grandes y masivos avisos en todos los medios y las calles o avenidas y luego incluso pagos encubiertos para que la película sea "criticada" en buenos términos incluyendo largos reportajes a sus actores, etc. etc.
¿ Cómo competir con semejante cantidad de recursos? Una película argentina puede costar un millón de pesos o en algún caso con financiación de productoras televisivas y con actores muy conocidos como Darín, bastante más, nunca puede llegar a gastar una cifra ni siquiera cercana a la que gasta un tanque. De cualquier manera una película como "Elefante blanco", muy atractiva y de calidad tanto estética como ética, puede pasar el millón de espectadores, pero nunca aspirar a mucho más.
Queda claro que los tanques van a seguir existiendo, seguirán llegando las versiones 5, 6 o 10 de cualquiera de los títulos conocidos y no los podremos parar. Por eso lo principal está en permitir la llegada de otras películas y especialmente facilitar la visión de las películas argentinas y para ello es necesario que el INCAA invierta más dinero en los gastos de lanzamiento y avance en la creación de más salas como el Gaumont, bajando los precios de las entradas y mejorando la visión y el sonido de las mismas.
Otro tema a evaluar es el hecho de la cercana desaparición del celuloide como soporte y la masiva incorporación del sistema de digitalización de salas que ya comenzó a instalar el INCAA. El proyecto contempla en una primera etapa 150 salas en todo el país y en este año se implantarán 50 de las mismas con proyectores 2D y 3D digitales, entregados en comodato por el Instituto con su equipo de sonido. La idea es terminar de digitalizar todas las salas en el 2014. Es un proyecto fundamental porque va a poner en un nivel de igualdad técnica a todos los cines y la calidad de proyección y sonido se va a estandarizar. En suma, los que amamos al cine luchamos no sólo porque no desaparezca de nuestras vidas, sino también por ver cada día películas más variadas y de mayor calidad para poder elegir de acuerdo a nuestro gusto y placer.
Alberto Poggi
Hay etapas que se viven como interminables. La última dictadura militar que asoló nuestro país podía parece infinita. Era uno de sus objetivos y duró más de siete años que para nuestro cine fueron eternos. Una férrea censura impedía que llegaran películas y también, con las famosas listas negras, muchos directores fueron obligados a exiliarse, otros impedidos de filmar y algunos asesinados. Un cine pobre y chato, con directores olvidables, como Emilio Vieyra, Enrique Carreras o los hermanos Sofovich filmaron durante esos años . Con la llegada de la democracia comenzaron a disiparse las tinieblas, aunque no los tenebrosos, no se tardó en descubrir que la dictadura había dejado como granadas de tiempo retardado que empezarían a explotar cuando ellos no estuvieran. Granadas de escepticismo en los realizadores, de desesperanza y fundamentalmente de un posibilismo que establece que sólo aquello que es nombrablemente posible existe en la realidad y todo lo demás es pasto del sueño o de la pesadilla. Igual, de a poco, retornaron algunos directores como Solanas, De la Torre, Getino o Vallejos y pudieron filmar y aparecieron algunos nuevos y promisorios directores como Mignona, Carlos Sorín, Agresti, Jusid, Favio, o documentalistas como Marcelo Céspedes y Carmen Guarini, que filmaron entre treinta y cuarenta películas por año.
El cine argentino, como es lógico, fue atravesando los distintos momentos económicos y políticos durante los treinta años de gobiernos democráticos y padeciendo o usufructuando las mejores o peores situaciones. Las crisis económicas golpearon fuertemente y el agudo proceso de desguace de todo la industria nacional fue padecido también por nuestro cine. Los noventa dieron la impresión de nunca terminar, sobre todo porque su ideología cundía en la sociedad, colonizaba el discurso académico y el triunfo cultural logrado por el neoliberalismo se reflejó con fuerza en todas las manifestaciones culturales, incluyendo al cine. Julio Maharbiz, el amigo presidencial, fue nombrado al frente del Instituto de Cine y aunque tozudamente los directores que venían filmando y los nuevos, muchos de ellos surgidos de las decenas de escuelas de cine que se fueron abriendo para cubrir a los miles de sedientos estudiantes que poblaron sus aulas, como por ejemplo Lucrecia Martel, Pablo Trapero, Esteban Sapir, Pablo Reyero, Israel Caetano, Albertina Carri, Lisandro Alonso y muchos otros que pudieron filmar con el apoyo de la nueva Ley del Cine que se aprobó a fines de los noventa. El golpe de la crisis del 2001 y 2002 fue brutal y muy lentamente y especialmente a partir del 2008, año en el que asume Liliana Mazure al frente del Instituto se llega a cifras importantes de producción, entre 100 y 140 largometrajes por año.
Aún en un contexto muy favorable, persisten problemas serios por la concentración del mercado cinematográfico, especialmente en el área de la distribución y la exhibición. Apreciemos algunas cifras: en 750 salas de cine en todo el país, cualquiera de los tanques de Hollywood se estrenan en 270 salas en promedio. Si las comparamos con los estrenos argentinos, aproximadamente la mitad de ellos se estrenan en cinco salas o aún menos. En algunos casos con películas excelentes y arriesgadas como "Tierra de los padres" de Nicolás Prividera, el estreno se dio en una sola sala, la mítica e indispensable Sala Lugones del Teatro San Martín. Otras pequeñas salas como el histórico Cosmos, comprado por la UBA, estrenó cinco películas argentinas que no encontraban sala.
El tema se viene discutiendo desde hace rato y hay muchas opiniones. El productor Diego Dubkovsky cree que un avance hacia la solución del problema es la creación de un circuito alternativo "más ligado al tipo de cine que hacemos nosotros". Tambien comenta "que la experiencia del Gaumont es superexitosa, y ahora se agrega el Arte Cinema en Constitución, que luego de ser tomado por el INCAA, bajó el precio de las entradas y le dio una programación más atractiva, estando en una zona donde a la gente no le gusta mucho ir, el público se duplicó y hasta triplicó. Sería genial que este ejemplo se extienda a cines cerrados como el Atlas Santa Fé". Esa política sería bueno que se extendiera hacia los cines que no tiene posibilidad de estreno en nuestras salas, como el europeo, el asiático, el africano y fundamentalmente el sudamericano.
Algunos distribuidores alegan que no hay público para ese tipo de cine. Sin duda si hablamos de los tanques que llevan a tres millones de espectadores es así, pero hay films como "El chico de la bicicleta" de los belgas hermanos Dardenne o la iraní "La separación" dos películas de gran calidad artística y muy atractivas para todo público, nada experimentales ni "aburridas" como a veces se dice alegremente por algunos comunicadores respetables como Aliverti de las películas que no son norteamericanas o "que no cuenten historias", llevan a los cines entre 150.000 a 400.000 espectadores. Un independiente muy popular en Buenos Aires como Woody Allen puede llegar al millón de espectadores con películas para todo público pero no imbéciles o que toman como imbéciles a sus espectadores.
Un dato que mucha gente no conoce y que es fundamental para esclarecer un poco este tema que en general no tiene mucha prensa es que un tanque del que leemos costó 300 millones de dólares, en realidad destinó la mitad, es decir 150 millones, a gastos de lanzamiento en todo el mundo, lo que significa que unos meses antes de su estreno se pagan viajes a cronistas de grandes medios a EE.UU. para que empiecen a mandar notas sobre la película, luego se sigue con los grandes y masivos avisos en todos los medios y las calles o avenidas y luego incluso pagos encubiertos para que la película sea "criticada" en buenos términos incluyendo largos reportajes a sus actores, etc. etc.
¿ Cómo competir con semejante cantidad de recursos? Una película argentina puede costar un millón de pesos o en algún caso con financiación de productoras televisivas y con actores muy conocidos como Darín, bastante más, nunca puede llegar a gastar una cifra ni siquiera cercana a la que gasta un tanque. De cualquier manera una película como "Elefante blanco", muy atractiva y de calidad tanto estética como ética, puede pasar el millón de espectadores, pero nunca aspirar a mucho más.
Queda claro que los tanques van a seguir existiendo, seguirán llegando las versiones 5, 6 o 10 de cualquiera de los títulos conocidos y no los podremos parar. Por eso lo principal está en permitir la llegada de otras películas y especialmente facilitar la visión de las películas argentinas y para ello es necesario que el INCAA invierta más dinero en los gastos de lanzamiento y avance en la creación de más salas como el Gaumont, bajando los precios de las entradas y mejorando la visión y el sonido de las mismas.
Otro tema a evaluar es el hecho de la cercana desaparición del celuloide como soporte y la masiva incorporación del sistema de digitalización de salas que ya comenzó a instalar el INCAA. El proyecto contempla en una primera etapa 150 salas en todo el país y en este año se implantarán 50 de las mismas con proyectores 2D y 3D digitales, entregados en comodato por el Instituto con su equipo de sonido. La idea es terminar de digitalizar todas las salas en el 2014. Es un proyecto fundamental porque va a poner en un nivel de igualdad técnica a todos los cines y la calidad de proyección y sonido se va a estandarizar. En suma, los que amamos al cine luchamos no sólo porque no desaparezca de nuestras vidas, sino también por ver cada día películas más variadas y de mayor calidad para poder elegir de acuerdo a nuestro gusto y placer.
Alberto Poggi
JULIO CORTAZAR
La pluma militante
Cuando la bestial dictadura clavó sus
sangrientas garras sobre nuestro pueblo, Julio Cortazar hacía mas de veinte
años que residía en París, y desde allí, escribía cuentos, novelas, poesías y
ensayos con temáticas y contextos fundamentalmente argentinos y
latinoamericanos.
A medida que el mapa de nuestra América se
teñía con la sangre de sus mejores hijos, Cortazar comienza a producir una
literatura de definido perfil político, poniendo a disposición de las luchas
liberadoras del continente su connotado prestigio internacional. Participa,
creciente y activamente, en actos públicos de denuncias, encabeza campañas de
solidaridad con los perseguidos y se involucra directa y personalmente en
viajes y conferencias en apoyo a Cuba Socialista y a la Revolución Sandinista
en Nicaragua.
Hay quienes, desde una postura miserable e
infantil le reprochan a Cortazar el hecho de no haber estado en la Argentina en
momentos en que sus compatriotas sufrían las peores iniquidades. Desconocen que
la experiencia de la historia indica que las luchas populares no necesitan
mártires, necesitan luchadores.
Desde Francia, las palabras del escritor
expresadas en el momento necesario y en el lugar indicado, contribuyeron a que
la condena al régimen dictatorial de la Junta Militar resonara en toda Europa.
“La Ley de Presunción de Fallecimiento equivale a la “Solución Final” de los
nazis”, puntualizó el 6 de septiembre de 1979, en respuesta al ministro del interior
Harguindeguy, que la presentaba como un gesto de caridad hacia los familiares
de los desaparecidos.
Impacta y reconforta leer lo que Haroldo
Conti, desaparecido por los genocidas el 5 de mayo de 1976, opinaba sobre el
compromiso a distancia de su colega: “Francamente, sigo creyendo que no es una
condición sine qua non estar ahora y aquí para opinar y aún para participar de
nuestra faena política. De hecho, hay gente que estando aquí, es como si
viviese en el Himalaya o aún en la Luna. Los clásicos espaldistas son capaces
de escribir sobre el Renacimiento apoyados en el mismo paredón detrás del cual
revientan a sus hermanos. Julio, en cambio, es alguien a quién no le afectan
las distancias, y es bueno que se quede donde esta, porque cuando enmudezcan todas
las voces, habrá todavía una que señale y condene, que denuncie y ayude, que
movilice y congregue”.
En febrero de 1981 tiene lugar en París un
encuentro de juristas de todo el mundo para tratar el tema de la desaparición
forzada de personas, convocado con el objetivo de diseñar estrategias legales
en relación al novísimo crimen de lesa humanidad. A la delegación de las Madres
de Plaza de Mayo, presente en la convocatoria, le es negada su participación
argumentando la estricta especificidad de la temática. Sin embargo, a pesar de
que Cortazar tampoco es un jurista, tiene la chance de participar, precisamente
por ser Cortazar y vivir en París. Es entonces, que en la ocasión, pronuncia el
histórico discurso Negación del Olvido: “Aquí, en esta sala donde ellos no
están, donde simplemente se los evoca como una razón de trabajo, aquí hay que
sentirlos presentes y próximos, sentados entre nosotros, mirándonos,
hablándonos. Hay que mantener en un obstinado presente, con toda su sangre y su
ignominia, algo que se esta queriendo hacer entrar en el cómodo país del
olvido; hay que seguir considerándolos como vivos, a los que acaso ya no lo
están, pero que tenemos la obligación de reclamar, uno por uno, hasta que la
respuesta muestre la verdad que hoy se pretende escamotear”.
Poco tiempo antes de morir, Cortazar visitó
nuestro país -su país-, quería recorrer sus calles después del infierno y darse
al encuentro con sus estimados y dispersos lectores. Sus declaraciones
resultaron molestas e improcedentes para un gobierno que estaba abdicando de su
paradigma democrático y se adentraba irremediablemente en la justificación de
la existencia de los dos demonios como antesala necesaria a la promulgación de
la impunidad normativa de la obediencia debida y el punto final.
Pero a pesar que eran malos tiempos
oficiales para la honestidad, Julio Cortazar permaneció, en cambio, rodeado de
buena compañía. Con él estaban los desaparecidos “obstinadamente presentes”,
los revolucionarios de América Latina, y nuestras queridas Madres – palomas en
su permanente lucha por la obtención de la verdad inconclusa.
No tiene importancia el hecho que haya
muerto el 12 de febrero de 1984; lo realmente importante, lo que cuenta, es que
Julio Cortazar nació hace cien años, el 26 de agosto de 1914 y que seguramente
al igual que hoy, en el 2114, seguirá siendo eternamente UN ESENCIAL DE LA
MEMORIA.JULIO CORTAZAR
La pluma militante
Cuando la bestial dictadura clavó sus
sangrientas garras sobre nuestro pueblo, Julio Cortazar hacía mas de veinte
años que residía en París, y desde allí, escribía cuentos, novelas, poesías y
ensayos con temáticas y contextos fundamentalmente argentinos y
latinoamericanos.
A medida que el mapa de nuestra América se
teñía con la sangre de sus mejores hijos, Cortazar comienza a producir una
literatura de definido perfil político, poniendo a disposición de las luchas
liberadoras del continente su connotado prestigio internacional. Participa,
creciente y activamente, en actos públicos de denuncias, encabeza campañas de
solidaridad con los perseguidos y se involucra directa y personalmente en
viajes y conferencias en apoyo a Cuba Socialista y a la Revolución Sandinista
en Nicaragua.
Hay quienes, desde una postura miserable e
infantil le reprochan a Cortazar el hecho de no haber estado en la Argentina en
momentos en que sus compatriotas sufrían las peores iniquidades. Desconocen que
la experiencia de la historia indica que las luchas populares no necesitan
mártires, necesitan luchadores.
Desde Francia, las palabras del escritor
expresadas en el momento necesario y en el lugar indicado, contribuyeron a que
la condena al régimen dictatorial de la Junta Militar resonara en toda Europa.
“La Ley de Presunción de Fallecimiento equivale a la “Solución Final” de los
nazis”, puntualizó el 6 de septiembre de 1979, en respuesta al ministro del interior
Harguindeguy, que la presentaba como un gesto de caridad hacia los familiares
de los desaparecidos.
Impacta y reconforta leer lo que Haroldo
Conti, desaparecido por los genocidas el 5 de mayo de 1976, opinaba sobre el
compromiso a distancia de su colega: “Francamente, sigo creyendo que no es una
condición sine qua non estar ahora y aquí para opinar y aún para participar de
nuestra faena política. De hecho, hay gente que estando aquí, es como si
viviese en el Himalaya o aún en la Luna. Los clásicos espaldistas son capaces
de escribir sobre el Renacimiento apoyados en el mismo paredón detrás del cual
revientan a sus hermanos. Julio, en cambio, es alguien a quién no le afectan
las distancias, y es bueno que se quede donde esta, porque cuando enmudezcan todas
las voces, habrá todavía una que señale y condene, que denuncie y ayude, que
movilice y congregue”.
En febrero de 1981 tiene lugar en París un
encuentro de juristas de todo el mundo para tratar el tema de la desaparición
forzada de personas, convocado con el objetivo de diseñar estrategias legales
en relación al novísimo crimen de lesa humanidad. A la delegación de las Madres
de Plaza de Mayo, presente en la convocatoria, le es negada su participación
argumentando la estricta especificidad de la temática. Sin embargo, a pesar de
que Cortazar tampoco es un jurista, tiene la chance de participar, precisamente
por ser Cortazar y vivir en París. Es entonces, que en la ocasión, pronuncia el
histórico discurso Negación del Olvido: “Aquí, en esta sala donde ellos no
están, donde simplemente se los evoca como una razón de trabajo, aquí hay que
sentirlos presentes y próximos, sentados entre nosotros, mirándonos,
hablándonos. Hay que mantener en un obstinado presente, con toda su sangre y su
ignominia, algo que se esta queriendo hacer entrar en el cómodo país del
olvido; hay que seguir considerándolos como vivos, a los que acaso ya no lo
están, pero que tenemos la obligación de reclamar, uno por uno, hasta que la
respuesta muestre la verdad que hoy se pretende escamotear”.
Poco tiempo antes de morir, Cortazar visitó
nuestro país -su país-, quería recorrer sus calles después del infierno y darse
al encuentro con sus estimados y dispersos lectores. Sus declaraciones
resultaron molestas e improcedentes para un gobierno que estaba abdicando de su
paradigma democrático y se adentraba irremediablemente en la justificación de
la existencia de los dos demonios como antesala necesaria a la promulgación de
la impunidad normativa de la obediencia debida y el punto final.
Pero a pesar que eran malos tiempos
oficiales para la honestidad, Julio Cortazar permaneció, en cambio, rodeado de
buena compañía. Con él estaban los desaparecidos “obstinadamente presentes”,
los revolucionarios de América Latina, y nuestras queridas Madres – palomas en
su permanente lucha por la obtención de la verdad inconclusa.
No tiene importancia el hecho que haya
muerto el 12 de febrero de 1984; lo realmente importante, lo que cuenta, es que
Julio Cortazar nació hace cien años, el 26 de agosto de 1914 y que seguramente
al igual que hoy, en el 2114, seguirá siendo eternamente UN ESENCIAL DE LA
MEMORIA.
lunes, 18 de noviembre de 2013
La Gata Flora
Si no se corrige el mínimo no
imponible para los trabajadores en relación de dependencia, el oficialismo
desatiende el reclamo popular o no percibe el desánimo de quienes sufren el
recorte aunque, por cierto, sea dudosísimo que los "sufrientes" les
hayan prestado excesiva atención a los pesos achicados que tales escalas
significaban en su ingreso de bolsillo. Si se lo corrige, ya es tarde o
electoralista. Una vez corregido, el problema pasa a ser que no están incluidos
los monotributistas. Después, también se contempla a los monotributistas. Pero,
nuevamente, es tarde. O electoralista. Y si se retoca para arriba el dólar
oficial, es la demostración de que se toma nota de un tipo de cambio que viene
quedando muy atrás de la inflación. Pero si no, se demuestra que el Gobierno
continúa emperrado en mentir o mentirse. Y si se incrementa en más de un 20 por
ciento la cantidad de argentinos que viajan al exterior, es porque algo tienen
que hacer con la plata que no pueden invertir localmente. Pero si su contrapartida
es que disminuye el flujo de turistas desde el extranjero, es porque el país
está caro gracias al retraso del dólar, y el descenso del ingreso de divisas,
por ese rubro, pasa a ser algo así como la media demostrativa de lo mal que nos
va. Si, en la misma línea conceptual de lo anterior, hay un boom de ventas de
autos y electrodomésticos, es porque en algo hay que gastar a falta de mejores
opciones.
Y
si hay reducción temporaria de esos índices, ya fuere porque Brasil devalúa o
porque el endeudamiento familiar tiene un tope, se debe a que el consumo se
retrae en función de un salario que no alcanza. Y si la quita en el Impuesto a
las Ganancias requiere la obviedad de compensar el egreso fiscal, por vía de gravar
la venta de acciones, la oposición vota en contra o se retira. Si se le exige a
la oposición una alternativa respecto de cómo financiar el beneficio, los
radicales se van del Senado porque el presidente de Aerolíneas Argentinas le
dijo "zángano" al jujeño Gerardo Morales, quien, como todo el mundo
sabe, formó parte de un gobierno altamente preocupado por no recortar los
salarios de trabajadores y jubilados.
Si el
kirchnerismo comete el error de apostar por un "sheriff" como
Alejandro Granados para resolver aspectos de la "seguridad" en el
conurbano bonaerense, o si Martín Insaurralde mete elefantes en un bazar,
promoviendo con una pésima explicación la reforma o el cambio del Código Penal
juvenil, el Gobierno se dejó ganar por el discurso de la derecha y, encima,
inútilmente, porque resalta grotesco que lo hace para ganar voluntades de clase
media asustada. Pero si se mantiene en sus trece de un accionar y discurso
garantista-progre, no abre los ojos ante lo que la sociedad le demanda. Otro
tanto, si se resuelve mandar gendarmes a patrullar el conurbano es porque
registraron que están perdiendo votos y, como si poco fuese, desprotegieron las
zonas de frontera. Pero si los dejan en las fronteras es al divino botón,
porque de todas formas son un agujero que chorrea contrabando y narcotráfico.
Si se reabre el canje de deuda para negociar con los fondos buitre, se revela
que la conducción oficial y jurídica del caso fue un esperpento. Si no se lo
hace, persistimos en aislarnos del mundo y por algo no llegan las inversiones.
Si hay acuerdo con una petrolera estadounidense para que invierta y explore en
un área minúscula de Vaca Muerta, Argentina se bajó los pantalones de su
soberanía energética. Si no lo hay, preguntan de dónde se pretende que vengan
las divisas para promover el industrialismo. Si la idea fuera extraerlas de las
reservas del Banco Central, contestan que liquidan el ahorro de los argentinos
y que dejan al país raquítico de respaldo como si -además y nada menos- el país
contara con los recursos para operar esa tecnología. Si el acuerdo queda
aceptado como una de las escasas opciones disponibles pero es a través del
fracking, mejor es dejar el petróleo y el gas donde están porque habría una
catástrofe ambiental de cuyas pruebas nadie aporta mayormente nada. Si el
presidente de YPF reconoce, como lo hizo en estos días, que la crisis de
energía es grave, se exhibe como un símbolo de los desaguisados del Gobierno.
Pero si no dice nada, lo mudan de "el mago" Galuccio a un impotente
que estará preguntándose por qué no se quedó en Londres.
Si el
director de la AFIP (justo de la AFIP) le regala a la nena que cumplió 18 un
Audi de 40 mil dólares, es un impresentable que emblematiza al choreo K. Y en
verdad que es impresentable, al margen de si su declaración de ingresos es
compatible con obsequios de tal naturaleza. Un funcionario debe ser y parecer.
Es injustificable que incurra en esas extravagancias. Y parecería, en cambio,
que hay cosas hechas a propósito para que los mastines mediáticos se hagan una
fiesta, como si se tratara de mostrar que la agresión no hace mella viniendo de
quienes viene. Pero si Macri recortó el presupuesto social para desviarlo a
emprendimientos de moda y desarrollos inmobiliarios privados, no rebota en
ningún lado. Tres de cinco millones de pesos, que estaban destinados a la
Intervención Social en Villas, fueron traspasados por el gobierno porteño al
programa "Industria Audiovisual", que entre otros aspectos se ocupa
de acontecimientos como "Buenos Aires, Ciudad de Moda". El informe
-que proviene de un equipo lanzado por el Ministerio de Trabajo nacional para
auditar la gestión PRO, y que Werner Pertot publicó en este diario el lunes
pasado- tiene varios ingredientes sugestivos. Por ejemplo, que se traspasaron
fondos de las villas para remodelar la entrada del zoológico de Palermo. Será
que al ser un documento paraoficial, digamos, no merece ninguna confianza. Por
el contrario, si lo perpetra algún periodista de medios independientes debe
tener toda la razón del mundo. Es análogo a que el Indek miente seguro, y desde
ya que sus cifras de inflación no son creíbles. Pero si esos números provienen
de consultoras privadas o parlamentarios opositores cuya tendencia es de
antikirchnerismo entre solapado y furioso, sin que alguien tenga noticias en
torno de dónde sacan los equipos para medir inflación, no hay cuestionamiento
alguno.
Si el
Gobierno avanza hacia la estatización de los trenes es porque sus gerenciadores
amigos fueron un desastre criminal. Y si no lo hace, es porque sigue atado a
sus gerenciadores amigos. Si la Presidenta intenta disimular, malamente, la
derrota en las PASO, está loca de atar porque tiene el síndrome de Hubris, que
remite a haber perdido la noción de realidad. Pero si el velatorio de Kirchner
lo organizó Fuerza Bruta; si la teoría de un dirigente radical que se dice
presidenciable es la troskeada de cuanto peor mejor; si la derecha abreva en un
pagadiós contra los buitres y quedan juntados Altamira con Carrió, están todos
en su sano juicio.
¿Será que
efectivamente está todo dicho porque ya está instalado que lo está? ¿O será que
todavía se puede hacer algo porque nunca está todo dicho?
Eduardo
Aliverti
¿Colapsa Caballito?
El
gobierno porteño volvió a enviar a la Legislatura un proyecto para modificar la
zonificación de un predio lindante con el estadio de Ferro, ubicado en el
barrio de Caballito, con el objetivo de que se levante allí un shopping,
iniciativa a la que se oponen los vecinos, comerciantes, y miembros de la
oposición.
Luego de que
la propuesta no consiguiera tracción en la Legislatura en los años 2008 y 2011
(debió de ser retirada por la presión de los vecinos, que ayudaron a que el
macrismo no consiguiera los votos necesarios para su aprobación), nuevamente el
ejecutivo porteño volvió a la carga y el expediente será tratado por la
Comisión de Planeamiento Urbano, ya que implica cambios en la normativa debido
a que en dicho terreno no se puede construir comercios.
Estas normas
especiales avalarían que en el predio, situado sobre la avenida Avellaneda al
1500, la empresa IRSA (dueña del shopping DOT) construya un centro comercial de
más de 38 metros de altura (lo que equivale a doce pisos), 40 locales como
mínimo y un estacionamiento de 50.000 metros cuadrados.
De acuerdo a
los vecinos, esta iniciativa sería "catastrófica" para el barrio. En
diálogo con Infobae, Mario Oybin, de la agrupación S.O.S. Caballito, aseguró
que plantear un shopping de estas características "haría colapsar las diez
cuadras a la redonda, y y los fines de semana va a ser imposible vivir
tranquilamente".
Oybin, quien
recordó que el barrio ya cuenta con un bajísimo promedio de espacio verde por
habitante, apuntó además que el gobierno porteño "no realizó un estudio
del impacto ambiental que tendría construir el shopping más grande del país en
ese terreno".
El
representante de los vecinos de Caballito teme que esta vez el proyecto sea
aprobado debido a que al acercarse el momento del recambio en la Legislatura,
los favores entre los diferentes legisladores para asegurarse cargos políticos
le signifiquen al oficialismo interesados votos aliados.
Los vecinos
de Caballito, que ya anunciaron que volverán a movilizarse, ya juntaron 12 mil
firmas para pedir que el predio, que fue vendido por el club Ferro a IRSA a
finales de los 90 en una sospechada transacción en la que medió una sociedad
fantasma uruguaya, sea convertido en un parque público.
No es la
primera vez que la empresa IRSA enfrenta cuestionamientos vecinales por sus
shoppings. Tras las graves inundaciones del mes de abril, el centro comercial
fue acusado de ser responsable de las anegaciones del Barrio Mitre, que linda
con el DOT.
Los vecinos
de la zona reclamaron a la compañía el inicio de obras para aliviar la
situación, pese a que los directivos aseguraron haber invertido varias decenas
de millones de dólares en obras fluviales.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
ELIGIENDO
Transcurridas ya las
internas abiertas, simultáneas y ¡obligatorias, con resultados no del todo favorables para el
frente gobernante, producto, entre otras causas, de una fuerte instalación
mediática y el hallazgo por parte de la derecha
de un candidato opositor potable
para el establishment. Parece haber encontrado la oposición la fórmula mágica
que le permita soñar con el mentado “Fin de ciclo”. La campaña de las PASO
demostró con meridiana claridad cuáles son los planes opositores, “No importa
quien gane, lo importante es derrotar al kirchnerismo”, “Es ella o vos”, como
corolario la instalación de las pseudodenuncias de corrupción, fundamentalmente
operadas por el nuevo mercenario del grupo mediático que parece ser el más
perjudicado por el gobierno y quien encabeza las acciones de destrucción del
proyecto.
La dupla Carrió-Lanata
logró instalar, Clarín mediante, en parte de la sociedad, la idea
que quienes nos gobiernan son una banda de delincuentes que solo
llegaron al poder para robarse todo y conseguir impunidad, Por si esto no fuera
suficiente, ahora van por la supuesta insania de la presidenta.
La política, bueno es
recordarlo, no es un proyecto personal, sino una construcción colectiva con
fuerte raigambre en las luchas populares, cuando esas luchas fueron
correctamente interpretadas lograron las transformaciones más importantes de
nuestra sociedad, y los mayores triunfos sobre los poderes fácticos.
Mientras Mauricio Macri, desairado por estos
poderes, con el fuerte apoyo al Dalai Sergio Massa con su rejunte de
impresentables entre los que se cuentan Duhalde (con Chiche), Aldo Rico, Felipe
Solá, José Ignacio de Mendiguren, Adrián
Pérez, denuncia a sus antiguos patrones representados en un
“círculo rojo”. Si esta es la nueva política, que dios nos proteja.
No coincidimos con
algunos sectores autodenominados de izquierda, que atacando al gobierno solo
pretenden obtener una banca con sentido testimonial resultando absolutamente
funcionales a la derecha.
Los VMC proponemos el
voto a los candidatos del Frente para la Victoria, porque puestos a escoger, y
vaya si en la vida hay que elegir, preferimos un gobierno que promueve un ministerio de ciencia,
tecnología e innovación productiva y repatria científicos a uno que los envía a
“lavar los platos”.
Preferimos la
recuperación de los recursos naturales y estratégicos a manos del estado en
lugar de las salvajes privatizaciones de los 90.
Nos parece infinitamente
mejor la integración al bloque regional latinoamericano que el nefasto
alineamiento de las relaciones carnales.
Apoyamos un parlamento
que privilegie un presupuesto con fuerte presencia en la atención de
necesidades sociales y una importante porción del PBI en materia educativa a
unos Senadores y Diputados que frenan el debate del presupuesto como lo
hicieran los representantes del Grupo A, algunos de los cuales se reciclaron en
las listas opositoras.
Preferimos la ampliación
de derechos a las oscuras y retardatarias políticas ultramontanas.
Es éste gobierno quien
por ley articuló dos aumentos anuales para los jubilados en lugar de reducirlas
en un 13%.
La ampliación del
mercado interno y una mayor redistribución de la riqueza, aún en un mundo en
crisis, no nos parece un dato menor.
La continuidad y
profundización de las políticas en marcha son las que garantizan el avance de
los juicios a los genocidas con la posibilidad incluso de saldar las “cuentas
pendientes” de los socios civiles de la última
dictadura, beneficiarios económicos que hoy se mimetizan con piel de cordero amparando
posturas opositoras, garantizan también el
desendeudamiento, la constante iniciativa política en la fijación de agenda, la
necesidad de lograr la total aplicación de la ley de comunicación
audiovisual, la ineludible
democratización de la justicia la iniciada reforma de la red ferroviaria, como
materias pendientes
Y fundamentalmente por
la continuidad de la búsqueda de los nietos apropiados y privados de su
identidad.
En esta década, ganada,
empatada o aún perdida, como aseguran los más acérrimos opositores, es mucho más
de lo que imaginábamos 10 años atrás cuando todo se derrumbaba y donde no
queremos volver.
No apoyamos al gobierno
por ser oficialistas acríticos, sino porque estamos convencidos que este debe
ser el piso de las conquistas sociales, y que es necesaria su profundización.
SOBRE HÉROES Y TUMBAS
Este cronista, que se reconoce afecto a las
definiciones, puesto a precisar a las
Naciones Unidas sin duda no titubea un instante en calificarla como UN ÓRGANO
MULTIESTATAL MERAMENTE DECLAMATIVO REGIDO POR UN CUERPO EJECUTIVO DE
CONFORMACIÓN HISTÓRICO BELICISTA Y NATURALEZA
IMPEDITIVA. Obviamente que todo aserto que se precie de tal amerita una
exégesis, palabra que proviene del griego y que la podríamos traducir en
beneficio de esta Página 2, como el ejercicio fáctico del análisis critico. En
primer lugar, solo los Estados reconocidos internacionalmente tienen
representación formal ante las Naciones Unidas, status por demás arbitrario que
deja afuera del mundo a aquellos pueblos que por razones históricas y políticas
se ven impedidos de conformar jurídicamente un país. Son decenas las
situaciones mas conocidas que demuestran el mero carácter declamativo de las
resoluciones de la Asamblea General. Valga como ejemplo el pronunciamiento
reiterado y casi unánimemente exigiendo el levantamiento del brutal bloqueo que
hace décadas lesiona a Cuba; el instar hasta el hartazgo al Reino Unido a
discutir en mesa de negociaciones con la República Argentina la soberanía y
descolonización de las Islas Malvinas; las consensuadas resoluciones que afirman y ratifican anualmente que para
resolver la crisis del pueblo palestino es vital la concreción real y efectiva
de la consigna Dos Pueblos – Dos estados; y para que mencionar las cientos de
declaraciones oponiéndose a invasiones e
intervenciones de todo calibre habidas en las últimas décadas, las que
procazmente son desvergonzadamente desoídas por los respectivos invasores e interventores.
Quizás, por todo esto y mucho más, las Asambleas Generales anuales de las
Naciones Unidas son formales, previsibles y casi bucólicas. Pero no escapará a
la aguzada inteligencia del lector de esta columna que toda regla general, por
su intrínseca naturaleza, tiene excepciones.
El 17 de septiembre tuvo lugar la apertura
del 68° Periodo Anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas. A
diferencias de otras ocasiones, en las oficinas y pasillos del imponente edificio
de verdes vidrios y banderas multicolores construido a orillas del East River
en el Midtown de Manhattan, Nueva York; temas críticos como el espionaje
cibernético global de los Estados Unidos, el posible ataque militar a Siria, la
crisis económica sistémica y la probable apertura de Irán hacia occidente,
movían el amperímetro de la tensión internacional, todo lo cual predecía que
esta no iba a ser una asamblea mas, y realmente no lo fue.
Quizás por primera vez en la historia,
predeterminados presidentes de América Latina actuaron coordinadamente en el
seno de las Naciones Unidas en una clara intención de dotar al evento de un
esencial contenido contestatario, dando muestras de una coincidente dirección
ideológica al sumar voluntades en la defensa irrestricta de las soberanías
nacionales y contra toda imposición económica y política por parte de los
países dominantes. No hubo al respecto, medias tintas ni indefiniciones, primó
en cada una de las intervenciones firmeza política y conceptos precisos.
El primer orador que efectuó la apertura de
la Asamblea, el 24 de septiembre, fue la
presidente del Brasil, Dilma Rouseff, quién dirigiéndose directamente a Barak
Obama acuso a los Estados Unidos de violentar leyes internacionales, ser
manifiestamente antidemocrático, violar los derechos humanos y las libertades
civiles. Por la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, denunció el “doble
estándar” y las desigualdades a la hora de tomar decisiones en los países del
Norte. “Si el presidente Obama habla por teléfono con su par iraní es un avance
hacía el dialogo y el entendimiento. Si el gobierno argentino da un paso para
encontrar instancias de diálogo con Irán, en cambio, esta cediendo ante un
Estado terrorista”. Al afirmar que no hay guerras justas, ya que solo la paz es
justa, la primera mandataria, crítico la hipocresía de Washington, quién
amparándose en la presunta lucha contra el terrorismo internacional justifica
incondicionalmente su permanente y continua política belicista. Finalmente,
puso en evidencia el anacronismo del Consejo de Seguridad, donde aún hoy,
después de mas de seis décadas, los vencedores de la Segunda Guerra Mundial
poseen un injusto y desnaturalizante derecho de veto. El presidente de Bolivia,
Evo Morales, enfáticamente planteo ante el pleno de la Asamblea una genuina
crítica al capitalismo. El capitalismo quiere salvar su crisis con las guerras,
afirmó, y acto seguido, preguntó al plenario ¿A quienes benefician las
guerras? ¿En manos de quienes se quedan
los países intervenidos después de los bombardeos? ¿Quiénes gobiernan los
Estados Unidos, los ciudadanos o las empresas que financian las guerras? ¿Cómo
se puede hablar de democracia cuando los servicios de inteligencia espían a
presidentes y a estas propias Naciones Unidas?
Como colorario estaba previsto que el
presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cerrase las intervenciones de los
mandatarios latinoamericanos, sin embargo al avión que lo traía de su gira por
China le fue negado el paso a través del espacio aéreo de Puerto Rico, país de
vergonzante status de Estado Asociado a los EE.UU. Coincidentemente y pese a
que -según el programa oficial de la Asamblea-, Maduro aparecía en la nomina de
mandatarios que intervendrían durante la sesión del 25 de septiembre, a última
hora su nombre fue quitado sin explicación alguna de la lista de oradores. Toda
una predecible coincidencia.
Lo importante y determinante es que ante el
foro mundial, los presidentes en sus discursos fijaron posiciones unánimes,
plantearon debates estructurales e instalaron temas que seguramente marcaran en
el futuro promisorias agendas.
Surge con claridad que América Latina
intenta decididamente dejar de ser el patio trasero reivindicando el histórico
mandato enmancipatorio de la Patria Grande.
Y finalmente, hablando de definiciones,
exegesis y coincidencias, este cronista tiene la intima convicción que en esta
profunda crisis global del sistema, hoy definitivamente ya existen héroes y
tumbas.
J. R.
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