ELIGIENDO
Transcurridas ya las
internas abiertas, simultáneas y ¡obligatorias, con resultados no del todo favorables para el
frente gobernante, producto, entre otras causas, de una fuerte instalación
mediática y el hallazgo por parte de la derecha
de un candidato opositor potable
para el establishment. Parece haber encontrado la oposición la fórmula mágica
que le permita soñar con el mentado “Fin de ciclo”. La campaña de las PASO
demostró con meridiana claridad cuáles son los planes opositores, “No importa
quien gane, lo importante es derrotar al kirchnerismo”, “Es ella o vos”, como
corolario la instalación de las pseudodenuncias de corrupción, fundamentalmente
operadas por el nuevo mercenario del grupo mediático que parece ser el más
perjudicado por el gobierno y quien encabeza las acciones de destrucción del
proyecto.
La dupla Carrió-Lanata
logró instalar, Clarín mediante, en parte de la sociedad, la idea
que quienes nos gobiernan son una banda de delincuentes que solo
llegaron al poder para robarse todo y conseguir impunidad, Por si esto no fuera
suficiente, ahora van por la supuesta insania de la presidenta.
La política, bueno es
recordarlo, no es un proyecto personal, sino una construcción colectiva con
fuerte raigambre en las luchas populares, cuando esas luchas fueron
correctamente interpretadas lograron las transformaciones más importantes de
nuestra sociedad, y los mayores triunfos sobre los poderes fácticos.
Mientras Mauricio Macri, desairado por estos
poderes, con el fuerte apoyo al Dalai Sergio Massa con su rejunte de
impresentables entre los que se cuentan Duhalde (con Chiche), Aldo Rico, Felipe
Solá, José Ignacio de Mendiguren, Adrián
Pérez, denuncia a sus antiguos patrones representados en un
“círculo rojo”. Si esta es la nueva política, que dios nos proteja.
No coincidimos con
algunos sectores autodenominados de izquierda, que atacando al gobierno solo
pretenden obtener una banca con sentido testimonial resultando absolutamente
funcionales a la derecha.
Los VMC proponemos el
voto a los candidatos del Frente para la Victoria, porque puestos a escoger, y
vaya si en la vida hay que elegir, preferimos un gobierno que promueve un ministerio de ciencia,
tecnología e innovación productiva y repatria científicos a uno que los envía a
“lavar los platos”.
Preferimos la
recuperación de los recursos naturales y estratégicos a manos del estado en
lugar de las salvajes privatizaciones de los 90.
Nos parece infinitamente
mejor la integración al bloque regional latinoamericano que el nefasto
alineamiento de las relaciones carnales.
Apoyamos un parlamento
que privilegie un presupuesto con fuerte presencia en la atención de
necesidades sociales y una importante porción del PBI en materia educativa a
unos Senadores y Diputados que frenan el debate del presupuesto como lo
hicieran los representantes del Grupo A, algunos de los cuales se reciclaron en
las listas opositoras.
Preferimos la ampliación
de derechos a las oscuras y retardatarias políticas ultramontanas.
Es éste gobierno quien
por ley articuló dos aumentos anuales para los jubilados en lugar de reducirlas
en un 13%.
La ampliación del
mercado interno y una mayor redistribución de la riqueza, aún en un mundo en
crisis, no nos parece un dato menor.
La continuidad y
profundización de las políticas en marcha son las que garantizan el avance de
los juicios a los genocidas con la posibilidad incluso de saldar las “cuentas
pendientes” de los socios civiles de la última
dictadura, beneficiarios económicos que hoy se mimetizan con piel de cordero amparando
posturas opositoras, garantizan también el
desendeudamiento, la constante iniciativa política en la fijación de agenda, la
necesidad de lograr la total aplicación de la ley de comunicación
audiovisual, la ineludible
democratización de la justicia la iniciada reforma de la red ferroviaria, como
materias pendientes
Y fundamentalmente por
la continuidad de la búsqueda de los nietos apropiados y privados de su
identidad.
En esta década, ganada,
empatada o aún perdida, como aseguran los más acérrimos opositores, es mucho más
de lo que imaginábamos 10 años atrás cuando todo se derrumbaba y donde no
queremos volver.
No apoyamos al gobierno
por ser oficialistas acríticos, sino porque estamos convencidos que este debe
ser el piso de las conquistas sociales, y que es necesaria su profundización.
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