DE LOS INDIGNADOS ESPAÑOLES

  • No es crisis es estafa
  • Cría ricos y te comerás sus crisis
  • Si no salimos en los periódicos saldremos en los libros de historia
  • Me gustas democracia porque estás como ausente
  • Ya tenemos el sol, ahora la luna
  • El pueblo reflexiona, por eso está en la calle
  • Te oigo quejarte en casa, sal a la calle a que te oigan
  • La única causa de la pobreza es la riqueza
  • Precaución, ciudadanos pensando.
  • Nuestros sueños no caben en vuestras urnas.
  • No somos ilusos somos ilusionistas

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domingo, 20 de julio de 2008

NUMERO 35
Julio 2008

LA REFORMA UNIVERSITARIA DE 1918
 
Nuestro régimen universitario –aún el mas
reciente-, es anacrónico. Esta fundado sobre una especie
de derecho divino; el derecho divino del profesorado
universitario. Se crea a si mismo. En él nace y en él se
muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La Federación
Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este
régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un
gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos
universitario, la soberanía, el derecho a darse el
gobierno propio, radica principalmente en los
estudiantes…” La Juventud Argentina de Córdoba a los
hombres libres de Sudamérica – Manifiesto de Córdoba.
21 de junio de 1918.
La Reforma Universitaria, básicamente fue el logro y la
concreción de una nueva concepción de Universidad
vinculada democráticamente con la dinámica creativa de
la sociedad, en el marco de un mundo donde las viejas
estructuras caían paralelamente a la declaración del
armisticio de la primera guerra mundial y el advenimiento
del ideario insurreccional de la Revolución Bolchevique de
1917.
Los principios reformistas solidificaron su presencia en
toda América Latina y obtuvieron su mayor envergadura en
México con la creación de la Universidad Autónoma
emergente de la Constitución Social fruto ideológico de
la revolución mexicana.
La educación superior escolástica, dogmática y
clerical tenía por objetivo fundamental la creación de
una elit formada por intelectuales y profesionales
claramente divorciados de las reales necesidades del pueblo,
puestos incondicionalmente al servicio de los sectores
retrógrados y oligárquicos.
Las herramientas para la democratización fueron la
autonomía, la elección democrática de las autoridades
universitarias, el cogobierno tripartito con
representación proporcional de todos los claustros, y la
participación activa de los estudiantes en los decisorios
académicos. 
A noventa años de la gesta de 1918, cabe preguntarse
¿Qué jóvenes está formando la Universidad?, ¿Que
profesionales?, ¿Qué concepción ideológica enmarca
la educación superior?, ¿Nuestros graduados van a ser
útiles a un país pensado como conjunto, o a un
determinado modelo económico definidamente antipopular con
intereses basados en la salvaje concentración del capital
económico y financiero?
Es imprescindible volver a darle un nuevo rol protagónico
a las instituciones de la Reforma Universitaria, no es
suficiente el nombrarlas, no alcanza solamente con el
recuerdo. Es imprescindible que Universidad vuelva a ser el
instrumento ideológicamente idóneo, presto a aportar y
contribuir decididamente a la solución de la compleja
problemática que aqueja a nuestro país en cada una de
sus facetas. 
Creemos que los vigentes principios de la Reforma
Universitaria deben hoy generar el ejercicio inquebrantable
de impulsar nuevas ideas y concretar actos creativos en una
perspectiva de cambios, sin perder de vista la visionaria
frase del manifiesto liminar que enfáticamente afirmaba el
compromiso permanente que debían asumir históricamente
las nuevas generaciones, cuando decía: “LOS DOLORES QUE
QUEDAN, SON LAS LIBERTADES QUE FALTAN”.

J. R.

EL PERIODICO DEL CORDOBAZO
 
En estos días complejos del año 2008 en los cuales
“naturalmente” observamos como el progre de Moyano lucha
denodadamente contra el derechista (es un decir) de
Barrionuevo y cada uno se queda con un pedazo del aparato,
recuerdo cuando era joven e iba al trabajo en colectivo –
eran los mismos meses pero de 1969- un canillita subió
voceando el periódico CGT que en un gigantesco epígrafe
invitaba: “Todos al paro general”. Ese paro fue el paro
del Cordobazo.
A fines de marzo de 1968, en medio de estribillos como
“Hacha, tiza, el Congreso se realiza” se concreta el
cónclave que intentaba detener el avance del acuerdo entre
Onganía y Vandor/Coria y comienza a funcionar la CGT de
los Argentinos, encabezada por Raimundo Ongaro y Agustín
Tosco. La dictadura actuó rápidamente e impidió la
entrada al edificio de la calle Azopardo y la nueva CGT
empezó a desarrollar sus tareas, entre ellas editar el
periódico, en la calle Paseo Colón.
El recordado Rodolfo Walsh fue su director y desde el primer
número estuvieron a su lado periodistas como Horacio
Verbitsky, (Secretario de Redacción) Emilio Jáuregui,
Rogelio García Lupo, Andrés Alsina, María “Vicky”
Walsh (hija de Walsh asesinada en 1976), entre muchos otros.
El periódico se editó durante veintidós meses y se
sacaron 55 números, los cinco últimos editados en la
clandestinidad.
“La lucha contra el poder de los monopolios –decía el
periódico- y contra toda forma de dominación extranjera
es misión natural de la clase obrera, que ella no puede
declinar”.
Verbitsky en un reportaje de hace unos años decía que
“no fue un proyecto ideologista, reunió a todos los
sectores democráticos y populares, El peronismo abandonó
viejas liturgias sectarias, la izquierda dejó
anacrónicos dogmatismos, los cristianos descubrieron la
“Iglesia de los pobres””.
Sería bueno releer algunos de los números de ese
periódico, no como ritual de un pasado que se fue, sino
como enriquecimiento de la memoria popular. Aquellas
páginas amarillentas señalan, en forma renovada y actual
que “la liberación de los trabajadores, será obra de
los trabajadores mismos”.
A.P.

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