Cine
LEONARDO FAVIO
EL MEJOR DE TODOS
Murió Leonardo Favio, el mejor director de
cine de nuestro país, dueño de una obra de una gran coherencia estética y
ética. Narraba como ninguno. Nunca negó que el radioteatro había sido su fuente básica de inspiración. Ahí están la
película más vista del cine argentino Juan
Moreira (3.500.000 espectadores) o Nazareno
Cruz y el lobo. Trataba a sus personajes con una gran sensibilidad. Aunque
sus films están llenos de violencia, crueldad o explotación, sus criaturas
nunca pierden su luz interior, nunca son juzgados o señalados. Nos deja toda su
obra, que podrá ser vista hoy o dentro de cincuenta años. Su cine es el cine de
los olvidados, de los ninguneados, de los castigados y sumergidos, hay que ver Gatica o Crónica de un niño solo para comprobarlo. El mejor homenaje será
ver sus películas nuevamente en la oscuridad de un cine, hasta cuando los adelantos técnicos nos lo
permitan. Hasta siempre, maestro.
AMOR EN
TIEMPOS DIFICILES
El cine argentino en los años que llevamos de democracia ha
intentado varias veces recrear los años de la dictadura militar, con variada
suerte. Hubo intentos muy recordables como “Garage Olimpo” de Marco
Bechis, “Juan, como si nada hubiera
ocurrido” dirigida por Carlos Echeverría o “Los rubios”
de Albertina Carri son películas que con
diversos formatos y visiones estéticas variadas dieron cuenta con fuerza, claridad expositiva y estética y con miradas diferentes, momentos, historias
y peripecias vitales enmarcadas en esos años trágicos que vivimos todos
los argentinos.
Bienvenida
entonces “Infancia clandestina”, de Benjamín Ávila, pues pasa a formar parte de
ese núcleo de películas que han sabido mostrar en profundidad lo ocurrido en
esos años. La historia que cuenta está basada esencialmente en su propia
infancia y comienza en 1975 cuando el personaje central, un niño –el mismo Ávila- debe ir al exilio.
Inmediatamente se pasa al año 1979 cuando sus padres deciden volver al país en
plena dictadura en el marco de la llamada “contraofensiva montonera”. El primer
hallazgo del film es alejarse de la fuerte discusión y disputa que siempre
rondó alrededor de ese hecho para dirigirse con firmeza, sin esquivar el bulto,
hacia lo que quiere contar, con la cámara siempre centrada en la visión
infantil, que es ni más ni menos que una
historia de amor, más precisamente de iniciación amorosa, que se desarrolla
tersamente
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