Vecinos Memoriosos de Caballito

NÚMERO 40
JULIO 2009

EDITORIAL

LECTURAS

Una vieja pintada de los sectores mas radicales de los 70 decía: “gane quien gane, pierde el pueblo”. Pasadas las recientes elecciones parlamentarias y haciendo una lectura superficial de los resultados, esta parece seguir teniendo vigencia.

Son diversas las lecturas posibles de las elecciones, tanto por parte de los que perdieron “por poco” como de los que ganaron “con lo justo”, o de quienes hicieron una “buena elección” solo en algún que otro distrito, y que deberán demostrar con su construcción política, si son capaces de articular un movimiento de alcance nacional, democrático y popular.

El gobierno comenzó a perder la elección un año antes que esta se efectuara, jugando al límite y provocando el voto no positivo de Cleto y la reaparición de la hasta entonces fragmentada oposición, continuó perdiendo con su giro hacia el vetusto y traicionero aparato del PJ y culminó, tirando toda la carne al asador adelantando las elecciones, proponiendo las candidaturas testimoniales y plebiscitando sus políticas.

Es de imaginar que haga lo que haga, de ahora en más el gobierno de Cristina, será fuertemente cuestionado por la oposición y la corporación agromediática para forzar el desgaste y posicionarse en miras a las lejanas presidenciales del 2011.

Corregir las formas y profundizar las medidas progresistas desarrolladas sobre todo en la primera parte del gobierno de Nestor, puede ser una alternativa de supervivencia, manteniendo por ejemplo el necesario debate de la ley de radiodifusión, para terminar con la aún vigente legislación de la dictadura y con los monopolios mediáticos.

Es sabido que la derecha no descansa, y para muestra basta escuchar la radio, ver tele o leer los diarios, o recordar por ejemplo la reunión de Rosario, donde los líderes autodefinidos como de“centro derecha” comenzaron a reagrupar sus huestes demonizando al Kirchnerismo con el mote de “chavista” como en los 70 tildaban a cualquier forma de democracia como “apartidas subversivos”.

En el marco de la aún irresuelta crisis internacional, con una pandemia que nos condiciona, los líderes del “campo” siguen reivindicando a los prohombres de la vieja oligarquía terrateniente y las fracasadas políticas neoliberales, de las cuales aún esperamos que provoquen el derrame de riquezas, mientras buscan reemplazo para el desmembrado partido militar que otrora los sustentaba.

Hoy ya sin el consenso de Washington, y con las tropas de EEUU abocadas a otros conflictos, los golpes de estado comienzan a regresar a nuestro continente, globos de ensayo para mantener privilegios y frenar los avances conseguidos con sangre, sudor y lágrimas de nuestros pueblos. Solo la firmeza de la movilización popular y la coherencia de propósitos del bloque regional suramericano impedirá el retorno a pasados sufrimientos y fracasos.