DE LOS INDIGNADOS ESPAÑOLES

  • No es crisis es estafa
  • Cría ricos y te comerás sus crisis
  • Si no salimos en los periódicos saldremos en los libros de historia
  • Me gustas democracia porque estás como ausente
  • Ya tenemos el sol, ahora la luna
  • El pueblo reflexiona, por eso está en la calle
  • Te oigo quejarte en casa, sal a la calle a que te oigan
  • La única causa de la pobreza es la riqueza
  • Precaución, ciudadanos pensando.
  • Nuestros sueños no caben en vuestras urnas.
  • No somos ilusos somos ilusionistas

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lunes, 3 de septiembre de 2012


PABLO NERUDA
Que nos importa a nosotros, a nuestros íntimos sentimientos, a la etérea sensibilidad de poder apreciar lo que no se ve, a la imperiosa necesidad de intentar alterar nuestros sentidos con  sentidos diferentes, que nos importa a nosotros que somos simplemente los unos y los aquellos, el saber que Pablo Neruda  nació en 1904 llamándose Ricardo Eliézer Neftali Reyes Basoaldo y que su papá se llamaba José y su mamá Rosa. Y que tanto nos importa saber que  fue Cónsul, Embajador, Senador, candidato a la presidencia de Chile, miembro del Comité Central del Partido Comunista, Premio Nobel de Literatura en 1971. Doctor Honoris Causa de la Universidad de Oxford. Generosamente, nos importa poco, porque en realidad la información no es más que la síntesis de su vida compromiso. Lo trascendental, lo sustancial, lo permanentemente vital, lo que subsiste, lo que se recrea a si mismo,  es  superlativamente su eterna Poesía. Es el Neruda vivo, aquel que puede ser amado todos los días. Es simplemente Nuestro Neruda.  Aquel que nos acompañó en nuestro primer amor, en nuestra primera lágrima del primer adiós.”Puedo escribir los versos mas tristes esta noche/ Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero/ Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido/ Porque en noches como esta la tuve en mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido/ Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y estos sean los últimos versos que yo le escribo”. Y Pablo es el militante poeta, el  que sufre descarnadamente, el que blande su puño de imágenes, el que consuela, el que pone voz a las voces, el que defiende Madrid. “Generales traidores: mirad mi casa muerta/ mirad España rota/ pero de casa muerta sale metal ardiendo/ en vez de flores/ pero de cada hueco de España/ sale España/ pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos/ pero de cada crimen salen balas/ que os hallarán un día el sitio del corazón.” Es la guerra civil española la que recrea su mundo y lo incendia, la que lo despierta a la acción necesaria, impostergable de asumir una identidad política. Es Madrid en llamas, es la república violada, la base de su convicción comunista. En el exilio de París, Picasso afirmaría que dos Pablos  le habían puesto con su sangre,  letra e imagen al heroico pueblo español, Neruda en su  “España en el corazón” y  él en  su Guernica. Pero el poeta es Chile, es América toda. El “Canto General” es el poema épico nacional chileno incorporado a uno más extenso que cabalga sobre todo el continente. Es la descripción de las luchas de clases, con muchedumbres en movimiento de asalto. Son fragmentos su autografía en la que acentúa su papel como uno más en el combate.”América no invoco tu nombre en vano/ Cuando sujeto al corazón la espada/ cuando aguanto en el alma la gotera/ cuando por las ventanas un nuevo día tuyo me penetra/ soy y estoy en la luz que me produce/ vivo en la sombra que me determina/ duermo y despierto en tu esencial aurora/ dulce como las uvas y terrible conductor del azúcar y el castigo/ empapado en esperma de tu especie/ amamantado en sangre de tu herencia.” El poeta sabe que no se pertenece, que nada de lo que tiene es suyo, que su vida  es simplemente parte de la vida de los otros. El poeta no le teme a la muerte, lo ha acompañado incansablemente, es conciente de su partida y también de su eterna presencia. “Dejo a los sindicatos/ del cobre, del carbón, del salitre/ mi casa junto al mar de Isla Negra/ Quiero que allí reposen los maltratados hijos/ de mi patria saqueada por hachas y traidores/ desbaratada en su sagrada sangre/ consumida en volcánicos harapos/...Hermano, ésta  es mi casa, entra en el mundo/ de flor marina y piedra constelada/ que levanté luchando en mi pobreza/ Aquí nació el sonido en mi ventana/ como en una creciente caracola/ y luego estableció sus latitudes/ en mi desordenada geología/ Tu vienes de abrasados corredores/ de túneles mordidos  por el odio/ por el salto sulfúrico del viento/ aquí tienes la paz que te destino/ agua y espacio de mi oceanía”.  Y finalmente, a quién le importa si Pablo Neruda murió en Santiago de Chile el 23 de septiembre de 1973, si él está con nosotros, con ellos, con todos,  y también con los que vendrán. Porque está parado frente al Palacio de La Moneda, en Alameda,  diciéndole  a los estudiantes  que no cejen, que sigan luchando, porque “Podrán cortas todas las flores, pero no podrán detener la primavera”

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