DE LOS INDIGNADOS ESPAÑOLES

  • No es crisis es estafa
  • Cría ricos y te comerás sus crisis
  • Si no salimos en los periódicos saldremos en los libros de historia
  • Me gustas democracia porque estás como ausente
  • Ya tenemos el sol, ahora la luna
  • El pueblo reflexiona, por eso está en la calle
  • Te oigo quejarte en casa, sal a la calle a que te oigan
  • La única causa de la pobreza es la riqueza
  • Precaución, ciudadanos pensando.
  • Nuestros sueños no caben en vuestras urnas.
  • No somos ilusos somos ilusionistas

Vistas de página en total

lunes, 3 de septiembre de 2012


"Los derechos no se mendigan se conquistan"



La historia dice que las mujeres argentinas votamos por primera vez en 1951, y en este caso la historia es cierta, aunque con una salvedad: 40 años antes, una mujer había logrado aparecer en los padrones electorales y votar como ciudadana plena de derechos; se trataba de Julieta Lanteri, una italiana que se convirtió en la primera mujer sudamericana que pudo votar y que, además, fue candidata a diputada en las elecciones de 1919. A principios del siglo XX la lucha por conquistar los mismos derechos que los hombres fue ardua y difícil,  las mujeres que se animaban a levantar las banderas del feminismo públicamente, eran contadas con los dedos de una mano.“Los derechos no se mendigan, se conquistan”, escribió Julieta Lanteri, y su vida fue, siempre, una expresión cabal de esa manera de entender la lucha y el compromiso cívico.
 Nació en Cuneo, Italia, en1873 y llegó a la Argentina con su familia cuando tenía seis años. Fue la primera mujer que pudo ingresar en el Colegio Nacional de la Plata que la habilitó para su ingreso a la Universidad de Buenos Aires de donde egresó como farmaceutica en 1898. Se recibió de médica y obtuvo el doctorado en 1907, siendo la quinta mujer en recibir este título en el pais. Se especializó en las enfermedades psiquicas de la mujer y el niño. Julieta quiso especializarse en salud mental e intentó una adscripción como docente en la Cátedra de Psiquiatría. El pedido le fue denegado “con la excusa de su condición de extranjera, pero la verdad debe hallarse en el hecho de ser mujer”, advirtió la historiadora Dora Barrancos. Tozuda, de una gran inteligencia, Julieta se presentó entonces a reclamar la ciudadanía argentina a la Justicia, un ámbito al que recurriría insistentemente en su gran cruzada por la igualdad. Consiguió un fallo favorable en primera instancia, pero el procurador fiscal desestimó la sentencia al señalar que se trataba de una mujer casada y como tal requería del permiso del esposo para iniciar la causa judicial. La batalla duró ocho meses, pero finalmente la ganó, convirtiendose en la primera ciudadana argentina. 
No perdió un minuto. Al día siguiente, el 16 de julio de 1911, fue a inscribirse al padrón electoral de la ciudad, aprovechando que había un reempadronamiento. Quería votar en las elecciones para renovar el Concejo Deliberante, Su osadía sorprendió al empleado. Julieta le mostró su carta de ciudadanía y una copia de la ley 5098 que disponía que se renovara el padrón de la Capital Federal cada cuatro años y que en su artículo 7º establecía como condiciones para inscribirse en el registro: ser ciudadano mayor de edad, saber leer y escribir, presentarse personalmente a realizar el trámite, haber pagado impuestos comunales por valor de 100 pesos como mínimo o ejercer alguna profesión liberal dentro del municipio y tener domicilio en la ciudad por lo menos desde un año antes. Julieta reunía varios de los requisitos y el hombre no pudo negarse a incorporarla. El 23 de noviembre de 1911, Lanteri votaría en la iglesia de San Juan, frente a la mirada estupefacta de los varones, convirtiéndose en la primera mujer en sufragar del país y –según algunos historiadores– de Latinoamérica. Faltaban 40 años para que las argentinas accedieran a las urnas.
Lanteri fue una luchadora por los derechos de las mujeres. En 1904, junto con la doctora Cecilia Grierson, fundó la "Asociación de Universitarias Argentinas" y años más tarde (l9l0) organizó el Primer Congreso Femenino Internacional,del cual sería su secretaria. Junto con su amiga Raquel Camaña, se interesó por los derechos políticos de la mujer y por la situación de la infancia. En 1911, ambas fundaron la Liga pro Derechos de la Mujer y del Niño, que dos años después organizó el Primer Congreso del Niño en nuestro país. Por esos años participó en la "Liga contra la trata de blancas"
Hacia 1919, Lanteri descubrió que el padrón que le había permitido votar ya no estaba vigente. Ni siquiera la Ley Saenz Peña de 1912 permitía el sufragio femenino, pues disponía la utilización de los registros militares y ya no había resquicios legales que utilizar. Ese mismo año fundó el Partido Feminista Nacional, logrando torcer el brazo del régimen institucional. A traves de un resquicio legal consigue que la Junta escrutadora accediera a su candidatura a diputada y así se convirtió en la primer mujer candidata a un cargo electivo. Se lanzó a la campaña con una plataforma electoral que incluía: la licencia por maternidad y el subsidio estatal por hijo, la protección de los huerfanos, la abolición de la prostitución reglamentada, el sufragio universal para los dos sexos, igualdad civil para los hijos legítimos y los conceptuados no legítimos, salario igual para trabajos equivalentes para los dos sexos, jubilación y pensión para todo empleado u obrero, abolición de la pena de muerte, divorcio absoluto y representación proporcional de las minorias en los órdenes nacional, provincial y municipal. En estas elecciones de 1919  en las que participó junto a los partidos Socialista, Demócrata Progresista, Socialista Argentino. UCR, Socialismo Internacional (luego Partido Comunista) y otros, Julieta Lanteri logró 1.730 votos sobre un toal de 154.302 votos emitidos de un padron exclusivamente masculino. 
Su vida tuvo un abrupto final el 23 de febrero de 1932, cuando tenía 59 años, en un extraño accidente en el que un vehículo que se sube a la vereda y que era manejado por un miembro de la fascista Legión Cívica, la atropelló en la esquina porteña de Diagonal Norte y Suipacha. Su lucha fue heredada por miles de mujeres que siguieron sus pasos y que finalmente lograron que en el año 1947, gracias a la  iniciativa constante de Eva Perón, se sancionara la Ley 13.010, que permitió a las mujeres acceder a las urnas, participando politicamente en el sistema democrático argentino.

Rita
Nosotras en fuga

No hay comentarios: