"Los derechos no se mendigan se conquistan"
La historia dice que las mujeres argentinas votamos por
primera vez en 1951, y en este caso la historia es cierta, aunque con una
salvedad: 40 años antes, una mujer había logrado aparecer en los padrones
electorales y votar como ciudadana plena de derechos; se trataba de Julieta
Lanteri, una italiana que se convirtió en la primera mujer sudamericana que
pudo votar y que, además, fue candidata a diputada en las elecciones de 1919. A
principios del siglo XX la lucha por conquistar los mismos derechos que los
hombres fue ardua y difícil, las mujeres que se animaban a levantar
las banderas del feminismo públicamente, eran contadas con los dedos de una
mano.“Los derechos no se mendigan, se conquistan”, escribió Julieta
Lanteri, y su vida fue, siempre, una expresión cabal de esa manera de entender
la lucha y el compromiso cívico.
Nació en Cuneo, Italia, en1873 y llegó a la
Argentina con su familia cuando tenía seis años. Fue la primera mujer que
pudo ingresar en el Colegio Nacional de la Plata que la habilitó para su
ingreso a la Universidad de Buenos Aires de donde egresó como farmaceutica
en 1898. Se recibió de médica y obtuvo el doctorado en 1907, siendo la quinta
mujer en recibir este título en el pais. Se especializó en las enfermedades
psiquicas de la mujer y el niño. Julieta quiso especializarse en salud mental e
intentó una adscripción como docente en la Cátedra de Psiquiatría. El pedido le
fue denegado “con la excusa de su condición de extranjera, pero la verdad debe
hallarse en el hecho de ser mujer”, advirtió la historiadora
Dora Barrancos. Tozuda, de una gran inteligencia, Julieta se presentó
entonces a reclamar la ciudadanía argentina a la Justicia, un ámbito al que recurriría
insistentemente en su gran cruzada por la igualdad. Consiguió un fallo
favorable en primera instancia, pero el procurador fiscal desestimó la
sentencia al señalar que se trataba de una mujer casada y como tal requería del
permiso del esposo para iniciar la causa judicial. La batalla duró ocho meses,
pero finalmente la ganó, convirtiendose en la primera ciudadana argentina.
No perdió un minuto. Al día siguiente, el 16 de julio de 1911, fue a inscribirse al padrón electoral de la ciudad, aprovechando que había un reempadronamiento. Quería votar en las elecciones para renovar el Concejo Deliberante, Su osadía sorprendió al empleado. Julieta le mostró su carta de ciudadanía y una copia de la ley 5098 que disponía que se renovara el padrón de la Capital Federal cada cuatro años y que en su artículo 7º establecía como condiciones para inscribirse en el registro: ser ciudadano mayor de edad, saber leer y escribir, presentarse personalmente a realizar el trámite, haber pagado impuestos comunales por valor de 100 pesos como mínimo o ejercer alguna profesión liberal dentro del municipio y tener domicilio en la ciudad por lo menos desde un año antes. Julieta reunía varios de los requisitos y el hombre no pudo negarse a incorporarla. El 23 de noviembre de 1911, Lanteri votaría en la iglesia de San Juan, frente a la mirada estupefacta de los varones, convirtiéndose en la primera mujer en sufragar del país y –según algunos historiadores– de Latinoamérica. Faltaban 40 años para que las argentinas accedieran a las urnas.
No perdió un minuto. Al día siguiente, el 16 de julio de 1911, fue a inscribirse al padrón electoral de la ciudad, aprovechando que había un reempadronamiento. Quería votar en las elecciones para renovar el Concejo Deliberante, Su osadía sorprendió al empleado. Julieta le mostró su carta de ciudadanía y una copia de la ley 5098 que disponía que se renovara el padrón de la Capital Federal cada cuatro años y que en su artículo 7º establecía como condiciones para inscribirse en el registro: ser ciudadano mayor de edad, saber leer y escribir, presentarse personalmente a realizar el trámite, haber pagado impuestos comunales por valor de 100 pesos como mínimo o ejercer alguna profesión liberal dentro del municipio y tener domicilio en la ciudad por lo menos desde un año antes. Julieta reunía varios de los requisitos y el hombre no pudo negarse a incorporarla. El 23 de noviembre de 1911, Lanteri votaría en la iglesia de San Juan, frente a la mirada estupefacta de los varones, convirtiéndose en la primera mujer en sufragar del país y –según algunos historiadores– de Latinoamérica. Faltaban 40 años para que las argentinas accedieran a las urnas.
Lanteri fue una luchadora por los derechos de las mujeres.
En 1904, junto con la doctora Cecilia Grierson, fundó la "Asociación de
Universitarias Argentinas" y años más tarde (l9l0) organizó el Primer
Congreso Femenino Internacional,del cual sería su secretaria. Junto con su
amiga Raquel Camaña, se interesó por los derechos políticos de la mujer y por
la situación de la infancia. En 1911, ambas fundaron la Liga pro Derechos de la
Mujer y del Niño, que dos años después organizó el Primer Congreso del Niño en nuestro
país. Por esos años participó en la "Liga contra la trata de blancas"
Hacia 1919, Lanteri descubrió que el padrón que le había
permitido votar ya no estaba vigente. Ni siquiera la Ley Saenz Peña de 1912
permitía el sufragio femenino, pues disponía la utilización de los registros
militares y ya no había resquicios legales que utilizar. Ese mismo año fundó el
Partido Feminista Nacional, logrando torcer el brazo del régimen
institucional. A traves de un resquicio legal consigue que la
Junta escrutadora accediera a su candidatura a diputada y así se convirtió
en la primer mujer candidata a un cargo electivo. Se lanzó a la campaña con una
plataforma electoral que incluía: la licencia por maternidad y el subsidio
estatal por hijo, la protección de los huerfanos, la abolición de la
prostitución reglamentada, el sufragio universal para los dos
sexos, igualdad civil para los hijos legítimos y los conceptuados no
legítimos, salario igual para trabajos equivalentes para los dos sexos,
jubilación y pensión para todo empleado u obrero, abolición de la pena de
muerte, divorcio absoluto y representación proporcional de las minorias en los
órdenes nacional, provincial y municipal. En estas elecciones de 1919 en
las que participó junto a los partidos Socialista, Demócrata Progresista,
Socialista Argentino. UCR, Socialismo Internacional (luego Partido Comunista) y
otros, Julieta Lanteri logró 1.730 votos sobre un toal de 154.302 votos
emitidos de un padron exclusivamente masculino.
Su vida tuvo un abrupto final el 23 de febrero de 1932,
cuando tenía 59 años, en un extraño accidente en el que un vehículo que se
sube a la vereda y que era manejado por un miembro de la fascista Legión
Cívica, la atropelló en la esquina porteña de Diagonal Norte y Suipacha.
Su lucha fue heredada por miles de mujeres que siguieron sus pasos y que
finalmente lograron que en el año 1947, gracias a la iniciativa constante
de Eva Perón, se sancionara la Ley 13.010, que permitió a las mujeres
acceder a las urnas, participando politicamente en el sistema democrático
argentino.
Rita
Nosotras en fuga
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