DE LOS INDIGNADOS ESPAÑOLES

  • No es crisis es estafa
  • Cría ricos y te comerás sus crisis
  • Si no salimos en los periódicos saldremos en los libros de historia
  • Me gustas democracia porque estás como ausente
  • Ya tenemos el sol, ahora la luna
  • El pueblo reflexiona, por eso está en la calle
  • Te oigo quejarte en casa, sal a la calle a que te oigan
  • La única causa de la pobreza es la riqueza
  • Precaución, ciudadanos pensando.
  • Nuestros sueños no caben en vuestras urnas.
  • No somos ilusos somos ilusionistas

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lunes, 3 de septiembre de 2012



                                                   UNA MATANZA ENTERRADA



En estos últimos días ocurrió un hecho insólito: en una reunión en la que participaron alrededor de mil quinientas personas en la provincia de Santa Fé en la que se recordaba un aniversario del levantamiento agrario conocido como Grito de Alcorta, durante el cual los pequeños agricultores de la época se levantaron contra las indignantes condiciones de trabajo que tenían en los primeros años del siglo pasado. Se enfrentaron a sus patrones nucleados en la Sociedad Rural. Aunque parezca mentira en la reunión mencionada el actual titular de la Federación Agraria, que se supone representa a los pequeños agricultores, se sentó junto al actual titular de la Sociedad Rural.
Olvidos, perdones, complicidades, enterramientos de la memoria histórica hay muchos y hoy queremos recordar un hecho absolutamente tapado, la masacre de Napalpi, ocurrida el 19 de julio de 1924 en la provincia del Chaco durante la presidencia de Marcelo T. de Alvear. Fueron asesinados ese día más de 200 indígenas mocovíes y tobas.
Melitona Enrique tenía en ese momento 23 años y a los 107 años declaró que " los cuervos no volaron durante una semana de tan llenos que estaban por los cadaveres que se comieron". A la mañana del 19 de julio 130 policias, gendarmes y civiles salieron con sus Winchester y Mauser de Qutilipi hacia Napalpí en donde estaban los indígenas protestando, "alzados" se les decía y estuvieron durante 45 minutos disparando matando a hombres, mujeres y niños, solo quedó en el aire silencio y la humareda de los fusiles. Un periódico de la época, Heraldo del Norte decía: "Como a las nueve y sin que mediara un sólo disparo desde los inocentes indios los policias empezaron a disparar sus fusiles matando a más mujeres y niños que hombres. Se produjo entonces una cruel y cobarde carnicería, degollando a los heridos sin respetar sexo ni edad".
La historiadora Mercedes Silva cuenta que uno de los líderes de la huelga, el mocoví Pedro Maidana "fue asesinado brutalmente y se le extirparon los testículos y una oreja para ser exhibidos como trofeo de guerra. Se dispararon más de 5000 tiros, se degollaron y colgaron a los sobrevivientes, se los enterró en fosas comunes mientras a otros se los quemó. El cacique toba Esteban Moreno cuenta lo que vió:" en las tolderías aparecieron policias disparando mientras una avioneta tambien disparaba, nos dimos cuenta que fue una masacre porque no hubo un solo muerto ni herido entre los policias, no hubo lucha, fue una matanza, por eso ahora ese lugar se llama Colonia La Matanza".
La redución de Napalpí fue fundada en 1911 y allí se reunieron indígenas mocovíes, tobas, pilagá, abipón y charrúa, que trabajaban la tierra. El corresponsal de La Razón, Federico Gutierrez, en 1924, confesaba con sinceridad: "Muchas hectareas en flor están en poder de esos pobres indios; quitarles esa tierra es una ilusión que muchos desean en secreto".
    Cuarenta niños sobrevivientes fueron reducidos y enviados como sirvientes a los estancieros. En el expediente judicial los policias negaron la matanza. Según la versión oficial, los oficiales llegaron con un pañuelo blanco, fueron recibidos con disparos por los aborigenes y ellos sólo mataron a tres caciques y a otro aborigen. El expediente fue archivado y no hubo culpables. Aunque dijeron que ochocientos indios se habían escapado al monte, no hubo ningun intento por buscar declaraciones de los supuestos escapados. Los bienes de la reducción fueron saqueados.
Entre los sobrevivientes, la mencionada Melitona Enrique corrió hacia el monte con su madre, murieron sus abuelos, tios y primos, estuvieron varios días y noches sin comer. Vivió muchos años, hasta los 107, cuando cumplió años en 2008 el gobierno chaqueño pidió disculpas por la masacre, le regaló una silla de ruedas y le prometió una casa de ladrillos.
En las mesas llenas de buena comida y regadas de buenos vinos en Santa Fé, conmemorando el Grito de Alcorta,¿ alguien se habrá acordado de los 200 indígenas asesinados en Napalpí?.

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