DE LOS INDIGNADOS ESPAÑOLES

  • No es crisis es estafa
  • Cría ricos y te comerás sus crisis
  • Si no salimos en los periódicos saldremos en los libros de historia
  • Me gustas democracia porque estás como ausente
  • Ya tenemos el sol, ahora la luna
  • El pueblo reflexiona, por eso está en la calle
  • Te oigo quejarte en casa, sal a la calle a que te oigan
  • La única causa de la pobreza es la riqueza
  • Precaución, ciudadanos pensando.
  • Nuestros sueños no caben en vuestras urnas.
  • No somos ilusos somos ilusionistas

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sábado, 19 de abril de 2008

Número Aniversario (Marzo 2006)


¿Hay vida más allá del mercado?

Hemos de saber que una nueva era ha comenzado, no cuando una nueva elite toma el poder o cuando aparece una nueva constitución, sino cuando la gente común comienza a utilizar nuevas formas para reclamar por sus intereses”

Charles Tilly

En los últimos días de febrero de 2006 tuvo lugar coorganizado por Argentina y Uruguay el Primer Foro Internacional sobre Nexo entre Políticas y Ciencias Sociales (UNESCO). En él participaron académicos y funcionarios de 85 países y debatieron la necesidad de articular las políticas públicas con el conocimiento generado por las disciplinas sociales.

Mas allá de los debates que allí se hayan producido, sin duda de mucho interés y que sería bueno conocer con más profundidad, este encuentro nos sirve de disparador para reflexionar sobre que papel se propone jugar el Estado, en particular el gobierno argentino, en relación con los nuevos actores surgidos, algunos en los ’90 como parte de las luchas contra el neoliberalismo y otros más recientemente a partir de diciembre del 2001.

La globalización requiere un Estado nacional débil y que sus gobernantes sean administradores de los centros financieros, que son los que verdaderamente deciden las políticas económicas y fiscales. El ejemplo más cercano es la cancelación de la deuda con el FMI de Argentina, Brasil, Rusia y Turquía casi en simultaneo, por exigencia del organismo internacional. En el caso de nuestro pais su anuncio fue muy combativo casi con consignas setentistas de “liberación o dependencia”, ya que no sólo se anunciaba que nos liberábamos de las imposiciones de ese organismo sino que a partir de ese momento podíamos decidir nuestras propias políticas y así ganar en soberanía.

¿Es acaso, que ahora diseñaremos nuevas políticas fiscales y públicas que recauden de los que más tienen, discutiremos el cobro de un impuesto a las extraordinarias rentas financieras, la reducción del IVA en los artículos de primera necesidad, se aumentarán las jubilaciones y los salarios saqueados en la década del ’90?

¿Qué se hará con el dinero que se recaude? ¿ Se distribuirá de manera universal otorgando una asignación por hijo, se pondrá plata para los hospitales y la escuela pública garantizando la salud y la educación de todos los habitantes o se hará una reserva anticrisis para salvar a los que más tienen en los diversos ciclos del capital?

En fin, sabemos que el Estado seguirá haciendo su juego, reprimiendo, cooptando dirigentes, cuidándole las espaldas al capital y a la vez haciendo “como si” todos somos iguales. Sin embargo, a partir de los ‘90 y por la exigencia de los organismos internacionales se vienen aplicando políticas públicas focalizadas en los más necesitados, políticas que son degradantes ya que hay que presentar patente de pobre, que cada vez tienen menos en cuenta el “como si” y que tienden a naturalizar y fijar las diferencias. Todo ésto manejando poderosas “Cajas” (créditos del BM mediante) para pagar a una burocracia que no sabe para qué está y para seguir comprando dirigentes y aceitando aparatos, que garanticen la tan mentada “gobernabilidad”, es decir mantener el orden social para gobernar con la menor conflictividad y si no... reprimir “democráticamente”.

Bueno, pero volviendo al encuentro, es interesante observar que en el grupo de los científicos sociales causó sensación la intervención de la socióloga holandesa Saskia Sassen que había visitado una cooperativa de cartoneros y que con sorpresa observó que allí “No había una figura de victima, sino una empresa que genera empleo y trabaja por el medio ambiente” y que “hay un nuevo actor social que emerge de la crisis y esto deben verlo los científicos sociales y los políticos”.

Es bueno destacar que en estos nuevos emprendimientos se van dando sistemas laborales diferentes, en los que priman la cooperación y la solidaridad. Los nuevos movimientos que emergieron con mayor fuerza de la crisis del 19 y 20 de diciembre de 2001: piqueteros, cartoneros, movimientos de desocupados, fabricas recuperadas, asambleas, etc, buscaron, en la mayoría de los casos, partir de las condiciones actuales de existencia para convertirlas en nuevas formas de organización y reclamo de sus intereses.

Es en estas experiencias donde está lo nuevo, donde está lo vital de aquellos que no quieren ser definidos como marginales o desechos del sistema, sino que se sienten libres para crear sus propias formas de sobrevivencia, transformándose ase en productores de sus propias vidas sociales, de su propia subjetividad, de sus propios deseos, de su propia moral, sus formas de convivencia, etc.

Esta búsqueda atravesia diversa suerte y distintos debates y aunque hoy muchas de esas experiencias se encuentran fragmentadas y debilitadas, lo interesante es ver las tendencias que asumen esas nuevas formas, que no apuntan justamente al reclamo nostálgico de un estado keynesiano, sino a lograr herramientas para gestionar sus propias vidas tratando de superar el mercantilismo dominante, buscando no someter la vida y los sentimientos a las pautas del mercado.

Rita ( Asamblea Gastón Riva)

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