DE LOS INDIGNADOS ESPAÑOLES

  • No es crisis es estafa
  • Cría ricos y te comerás sus crisis
  • Si no salimos en los periódicos saldremos en los libros de historia
  • Me gustas democracia porque estás como ausente
  • Ya tenemos el sol, ahora la luna
  • El pueblo reflexiona, por eso está en la calle
  • Te oigo quejarte en casa, sal a la calle a que te oigan
  • La única causa de la pobreza es la riqueza
  • Precaución, ciudadanos pensando.
  • Nuestros sueños no caben en vuestras urnas.
  • No somos ilusos somos ilusionistas

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viernes, 18 de abril de 2008

LAS RATAS (Numero anivarsario) Marzo 2006

Incluir a Carlos Menem en esta columna, en el décimo aniversario de los VMC, sería casi obvio. Sin embargo nuestro objetivo va más allá.

¿Qué significó y porque fue posible el menemismo? Dado el espacio con que contamos, solicitamos la indulgencia del lector por lo esquemático de nuestros planteos.

1.- El menemismo aparece en un contexto internacional de franca ofensiva del capital trasnacional, en pleno desconcierto de la izquierda debido a la caída de la unión Soviética y su conversión al capitalismo. En momentos en que se logran derrotar por diversos medios las experiencias revolucionarias de Nicaragua, Angola, Mozambique, etc.

2.- En menemismo aparece en un contexto nacional, signado por una incipiente desconfianza a los partidos políticos, expresada en el rechazo a Alfonsin que sufre el embate de los grupos concentrados y no supo combatir la hiperinflación recurriendo al pueblo. Además vergonzosamente, ya había promulgado las leyes obediencia debida y punto final.

Menem elabora su estrategia hacia el poder, presentándose por afuera del aparato del PJ y dirigiéndose a la gente directamente, haciendo caso omiso de las estructuras existentes. Crea las propias, atrayendo a grupos de arribistas y oportunistas en primer lugar del PJ y luego de afuera. El menemismo percibe ese cansancio hacia el político tradicional y utiliza el asco en ascenso con consignas que nunca haría realidad: salariazo, revolución productiva, etc. Seguido del “síganme no los voy a defraudar” lo que le daba un tinte cuasi religioso a todo su discurso.

3.- Luego, toma como suyas las políticas neoliberales incorporando al arco menemista a tradicionales sectores gorilas como la UCD y posteriormente a Cavallo, representante directo de los intereses de los grandes bancos internacionales. Hay que destacar que estas políticas no son extrañas al peronismo, ya que comenzaron a aplicarse con Isabel Martínez y López Rega en 1975.

4.- Para rematar a precio vil las empresas estatales fundamentales, aplica la tesis de abrir la economía al mundo, lo que fue apoyado por el establishment y una parte importante de la población engañada por la propaganda oficial y sólo mereció la oposición de algunos sectores sindicales e intelectuales y de la izquierda política, dividida y fragmentada.

5.- Fomentó el todo vale, donde solo importaban los fines y no los medios. Eso profundizó la crisis a que sometió al país, generando niveles de desocupación y pobreza nunca antes vistos. Impuso nefastos personajes en todos los niveles de la actividad pública (justicia, PAMI, entes de control, medios de comunicación, etc.). La corrupción y el narcotráfico crecieron como nunca.

6.- De lo anterior surge una pregunta que no podemos eludir: ¿Cómo es posible que en nuestro país fuera posible que semejantes teorías se impusieran casi sin enfrentamientos? Arriesgaremos algunas respuestas:

I) El terror impuesto desde 1974 al 83, tanto represivo, como económico e ideológico, no se desvaneció con la caída de la dictadura, sino que abonó el terreno para que el menemismo pudiera desarrollarse.

II) Las contradicciones internas del peronismo, cuya ala izquierda fue duramente golpeada en el período mencionado, y donde algunos de esos cuadros adhirieron francamente al menemismo o se mantuvieron neutros, sin combatirlo. Ese ala izquierda que fue reorganizandose de distinta manera siempre lo hizo relacionándose con el poder y nunca fue capaz de actuar independientemente de éste. El FREPASO, formado entre otros por antiguos miembros del PJ, resultó desde su comienzo un mal paso y terminó uniéndose con el radicalismo dominado por su derecha, en lo que fue la Alianza.

III) La inexistencia de alternativas de la izquierda marxista, viables y capaces de llegar al sentimiento popular. Algunas alianzas que se formaron con ese signo finalizaron por la división de sus miembros, varios de los cuales todavía seguían pensando en los ’70.

IV) Finalmente como corolario de lo anterior, en la década del 90 parte del pueblo argentino comenzó a percibir la necesidad de cambios dada la irrepresentatividad del sistema político. Este hecho que explota en el 2001, como culminación de las resistencias, primero aisladas, de los ’90, (de las que participamos los VMC) fue escasamente percibido por los sectores políticos populares, peronistas y no peronistas, que fueron incluidos en el “que se vayan todos” y que signó el fin del menemismo como alternativa política. Pero de ningún modo significó su fin como proceso social, ya que su ideología aún tiene importante vigencia y sus personeros, desde otras fuerzas, incluso desde el actual oficialismo en algunos casos, continúan con aquella metodología donde solo valen los fines, cualesquiera que éstos sean y donde las mayorías son convidadas de piedra.Negrita

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